El parqué
Jaime Sicilia
Sesión de menos a más
Hoy los rocieros jerezanos llegan al Rocío y por eso me ha parecido interesante contarles esta historia.
En el magnífico pregón del rocío de este año en Jerez, el doctor y profesor de la Facultad de Derecho de Sevilla, Juan Ignacio Reales Espina, ex presidente de la Hermandad Matriz del Rocío de Almonte enumeró -y no fueron pocas las razones mencionadas- la destacada y valiosa contribución de los rocieros de Jerez a la propia historia del Rocío de entre las que del citado acto del pregón nuestra Hermandad fue pionera y adelantada; convocatoria anual que después ha sido adoptada por la generalidad del centenar largo de corporaciones de dicha advocación existentes por toda España e incluso en Bruselas, en la actualidad…
Curiosamente ahora, en las jornadas previas al Rocío de este año, en la intimidad de la peña jerezana ‘Manuel Valderas Sevilla’, en la concurrida y transitada calle Muñoz y Pavón, de la aldea almonteña, donde la misma asienta sus reales, se ha vivido un momento entrañable cuando el cofrade de la Hermandad de las Angustias y veterano rociero jerezano, mi amigo Ramón Valderas, miembro de la familia que da nombre al mencionado grupo, ha hecho entrega a los componentes de dicha ‘fraternidad’ de un documento, fechado en el mes de abril del lejano año de 1957; cuando se cumplía el veinticinco aniversario de la fundación de nuestra Hermandad; que sin duda es un valioso testimonio de la rica trayectoria rociera de Jerez e incluso del devenir histórico de la Hermandad Matriz de Nuestra Señora del Rocío, ya que precisamente fue dicha corporación la que expidió el citado documento, que ahora es título de honor para la mencionada peña y del que su conservador, anteriormente citado, se propone entregar una copia a nuestra hermandad jerezana, para que pase a formar parte de su patrimonio documental, ahora que camina ya hacia la efemérides del centenario…
La curiosa historia de este hallazgo es que hace ya nada menos que sesenta y seis años, la junta que entonces regía los destinos de la Pontificia y Real Hermandad Matriz de Nuestra Señora del Rocío de Almonte, extendió un documento cuyo texto dice así: “A D. Manuel Vaderas Sevilla y con él a los caballeros Jerezanos que hace ahora veinticinco años levantaron bandera y a los que con él mantienen el fuego de la devoción a la Madre de Dios del Rocío, en la señorial ciudad de Jerez de la Frontera. Almonte, 1 de Abril, 1957. Firman: El Presidente, J.Castrillo; El Tesorero, ilegible; El Secretario: Santiago Padilla . El Documento tiene el sello de la Hermandad Matriz”…
La mencionada cédula, que se encontraba adherida a la parte posterior de una muy conocida e histórica fotografía de la Blanca Paloma, en la que aparece la Virgen en blanco y negro, de no ser por encontrarse el marco en mal estado; lo que llevó al mencionado Ramón Valderas a desmontarlo para sustituirlo por otro nuevo; es posible que se hubiera perdido, lo que afortunadamente no sucedió y ahora con la entrega de una copia a la peña no solo se ha recuperado tan notable aportación documental sino la figura de un sencillo e incansable rociero, devoto de su Virgen, que hace ya muchos años sembró aquí; como también lo hiciera Rafael Bernal llevando el Simpecado de Jerez a la anual romería bastantes años acompañado de amigos sanluqueños; el amor por la Reina de las Marismas…
Por eso a uno se le escapa desde lo más profundo del corazón, el grito tradicional. ¡Viva la Virgen del Rocío…! Y que ¡Viva la Madre de Dios!
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