Análisis

Manuel sotelino

De Eguilaz a Eguiluz

Quién sabe si Eguilaz vuelve de nuevo por sus fueros. Torres más altas han caído

Las cofradías siempre han tenido determinadas funcionalidades que nos han servido de por vida. A través de los colores de las túnicas de los nazarenos hemos aprendido lo que era un rojo cardenalicio o un marrón carmelitano. Más allá de lo que muchos hemos podido aprender sobre flores y sobre poblaciones de Andalucía que colocábamos en el mapa según las bandas o agrupaciones que pitaran con gran rigor y afinación, también las hermandades nos han enseñado casi de rondón muchas cuestiones históricas de la ciudad. Pues sabemos que Carlos III fue un Rey de España porque en su reinado disolvió a las cofradías, excepto a la de las Angustias, la cual, salía con sus hermanos servitas vestidos de traje y escapulario.

Hemos aprendido a vestirnos bien, y también las cofradías nos han enseñado la ciudad. Jerez y sus calles. Nombres de calles que se nos han quedado para siempre en el recuerdo gracias a esos itinerarios que comenzó a divulgar Paco Paullada con esas primeras publicaciones.

¿Quién iba a conocer la calle Hortas Cáliz si no hubiera sido por los itinerarios de las cofradías? ¿Y qué me dicen de del angostillo de la Asunción? El callejero jerezano se ha hecho conocido a muchos jerezanos gracias a los recorridos de las cofradías.

Ahora, incluso, hemos podido descubrir que existen dos calles que sólo se diferencian por una letra, y porque están a más de trescientos metros de distancia. Eguilaz y Eguiluz.

Eguilaz estuvo a punto de hacerse más famosa de lo que lo es por que estaba destinada a abrir aquella carrera del banco. Eguiluz por ser ahora por donde entran muchas. Pero quizá no deberíamos de hablar en pasado. Nunca se sabe. Y quién sabe si Eguilaz vuelve por su fueros. Torres más altas han caído.

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