Superada la vergüenza ajena inicial, uno se da cuenta de que este documental no es ninguna broma: la situación de Sergio Ramos tiene más complejidad de la que parece y habría material de sobra para un documental arriesgado sobre la identidad flipada de las celebrities (Ojo: Sergio Ramos habla de sí mismo en tercera persona y dice cosas como: "No es lo mismo el Sergio Ramos del terreno de juego que el Sergio Ramos de casa"), la tramoya de la industria del fútbol y la decadencia en ciernes de un deportista de élite. Para un melodrama de dimensiones colosales al fin y al cabo. Otra cosa es que nadie quiera entrar al trapo en ninguno de estos asuntos. El corazón de Sergio Ramos, la serie documental de Amazon sobre el jugador del Real Madrid, es un ejercicio de autobombo. Conocemos al personaje, no a la persona, y este documental, al contrario de lo que publicita, no nos ayudará a conocerle. Sería interesante si mostrase la auténtica trastienda de un futbolista de élite. Pero nada, estamos ante un simulacro de transparencia: la serie se esfuerza más en blanquear que en desvelar al personaje.

Amazon Prime se jacta de mostrar al Ramos más íntimo, pero su exposición -entre lo superficial y lo artificioso- genera cuanto menos sonrojo. Las empalagosas y sobreactuadas escenas familiares con su pareja, la también famosa Pilar Rubio, y sus hijos pequeños, así como las reflexiones a cámara repletas de tópicos futbolísticos y vitales ("El fútbol no es una ciencia exacta"; "Nunca hay que dejar de soñar"; "Llevar el brazalete de capitán no es solo ponértelo") recuerdan demasiado a un celebrities de Joaquín Reyes.

Se recrea en los otros triunfos de Ramos: su caballo Yucatán se proclama campeón del mundo de morfología, su vida familiar es de color de rosa, etcétera, etcétera. Pero se da la circunstancia de que el documental se rodó en plena crisis del madridismo (también, por tanto, del ramismo). Tras una racha de éxitos deportivos sin precedentes, el equipo se hundió el curso pasado. Su plantilla parecía aburguesada. Sergio Ramos, por su parte, tiene 33 años y vive sus últimas temporadas en la élite. El corazón de Sergio Ramos podría haber sido la historia de un hombre que lo ha ganado todo y echa una última mirada desde la cima del Everest antes de iniciar un descenso problemático hacia la derrota. Pero no.

Lo que vemos es a un equipo perdiendo un partido tras otro. Si lo que querían Ramos y Amazon era hacer un documental sobre un ganador, eligieron el peor momento. Llos autores pasan de puntillas por la paradoja del ganador convertido en perdedor. La vida le sonríe y los triunfos volverán. Eso creen. El momento podría haber dado para un documental salvaje sobre los vaivenes del fútbol. Pero tampoco.

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