Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

El gallo del corral

Setién reconoció que Messi le ganó

EL 30 de junio pasado se disputaba 33 de la Liga, donde destacaba el enfrentamiento entre el FC Barcelona y el Atlético de Madrid, que terminó con un empate a dos. Para entrenadores con la trayectoria de Setién, una de las complejidades de dirigir a un club tan grande como el Barça es saber gestionar los egos de la plantilla, la mayoría de jugadores ganan más dinero y han ganado muchos más títulos que el entrenador.

Estaba viendo con mi hijo aquel partido y estábamos hablando sobre el liderazgo y la autoridad que debe tener un entrenador para gobernar un vestuario que, entre otros, contaba con el mejor jugador del mundo. Entonces, llegó la pausa de hidratación. El Barça luchaba por la liga y, aunque el equipo no estaba bien, la Champions todavía era posible. La imagen en esa pausa daría la vuelta al mundo. Los jugadores del Atlético hacían piña junto a Simeone, que daba instrucciones. Los de Barça, con Messi a la cabeza, ningunearon a Setién, que no sabía que hacer, imagino que fueron momentos angustiosos incluso. Casi al unísono, dijimos que Setién no era nadie en el vestuario. Esa imagen pública, que tanto saben gestionar los jugadores, le había arrebatado la última gota de dignidad y autoridad que le podía quedar, si es que alguna vez la tuvo.

Recuerdo que mi hijo y yo concluimos que Setién había perdido su gran oportunidad para salir por la puerta grande. El técnico cántabro, que recientemente dijo que uno de los entrenadores más le había influido cuando era jugador fue Luis Aragonés, tuvo la opción en ese momento de emular al Sabio de Hortaleza cuando cortó de raíz la falta de respeto de jugadores como Eto’o o Romario.

En una entrevista realizada por Vicente Del Bosque  a Setién para El País, reconoció su fracaso al frente de la entidad blaugrana cuando comentó: “En el Barça no fui yo, no pude o no supe”. Y es que a medida que una persona va escalando en el escalafón profesional, social, etc., la presión del cargo es más difícil de sobrellevar.

Del Bosque, que por supuesto tiene detractores, tiene un currículo profesional, tanto de jugador como de entrenador, al alcance de muy pocos. Persona nada vehemente, ni dado a dar espectáculo en modo de aspavientos, gritos, vamos todo lo contrario de Aragonés, le dijo a Setién algo sobre el liderazgo que debe tener siempre presente un entrenador, independientemente del vestuario y sus egos: “Un entrenador líder debe ser justo, creíble, influir positivamente en la plantilla y exigente”, empezando por uno mismo claro está.

A Quique Setién le honra reconocer que no supo estar a la altura que requería la grandeza de club y su plantilla: “La inmediatez de resultados. No había tiempo para pensar... En otras circunstancias, tenía que haber sido diferente”. Y reconoció en varios momentos de la entrevista que la sombra de Messi era muy alargada y que no se atrevió a enfrentarse al astro argentino.

Podría terminar con el habitual zasca, buscando la comparación con la clase política local o nacional, pero estoy un poco harto. Prefiero recomendar leer o escuchar la entrevista porque es un tratado sobre el liderazgo, la gestión de grupos, el manejo de la presión, sobre la dignidad y a la autoridad. Que cada cuál saque sus conclusiones.

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