Después de un mes de cavilaciones, muchos padres y madres deciden hoy el futuro académico de sus hijos, esos que el próximo año entrarán por primera vez en el cole. Encontrar la excelencia educativa o algo parecido es el objetivo de muchos padres que cada vez son más meticulosos a la hora de elegir centro. Unos abogan por el ideario religioso, otros por los méritos académicos o el rendimiento del alumnado de dicho centro, otros buscan que haya comedor y aula matinal por aquello de la conciliación y otros tantos el bilingüismo, algo a la orden del día en estos tiempos. Después de varios años dedicándome a la educación, desde estas líneas recomiendo ir más allá de todo eso, acercarse a los centros (aunque queda poco tiempo) y comprobar de primera mano cuál es su labor diaria y la implicación de su equipo docente, obviando cualquier tipo de etiquetas que en esta ciudad aparecen por cualquier lado. Elijan bien, pero con argumentos suficientes para saber que el futuro está en buenas manos. Porque ya se sabe, 'Educar es vivir'.

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