La convocatoria pública para elegir nuevo director/a del Ballet Flamenco de Andalucía va camino de convertirse en el guión perfecto de una novela esperpéntica. Tanto que alguno de los aspirantes baraja ya contratar a un buen abogado y emprender medidas contra lo que califican de maniobras ilegales.

Los últimos acontecimientos sucedieron este pasado viernes, cuando se llevaron a cabo las entrevistas individuales que recoge la convocatoria. Tres fueron los aspirantes llamados a pasar por la calle Santa Teresa de Sevilla, Úrsula López, Fernando Romero y Antonio Canales. Su presencia en esta última fase se entiende que se debe a que, como recogen las bases, el proyecto artístico y coreográfico a presentar, destacaba por encima de los presentados por los otros dos candidatos restantes, Antonio El Pipa y Rafael Amargo. Sin embargo, de esta calificación, que debe ser sobre una valoración de 5 puntos, nada se sabe.

Lo cierto es que, tras las pertinentes entrevistas, el comité elegido para seleccionar al nuevo director del BFA se reunió para decidir. Su composición estaba formada por el director del Instituto Andaluz del Flamenco, Ricardo Pachón, que precisamente este mismo viernes se reincorporaba a su puesto tras un periodo de baja por enfermedad, Segundo Falcón, jefe de área del Instituto; la bailaora Luisa Palicio, en calidad de artista independiente, y Celia Rosell, coordinadora general de la secretaría general de Acción Exterior de la Consejería de Presidencia. En total, cuatro personas con derecho a voto, ya que David Peral, jefe de producción y distribución del Ballet Flamento de Andalucía y Mariano Sánchez, responsable del programa Lorca y Granada, sólo tenían voz y no voto.

Resulta llamativo, por no calificarlo de otra manera, que dicho comité, con la negativa de Farruquito (que ha optado por no estar viendo el panorama) esté formado por un número par, pues, como ha ocurrido, en caso de empate, ¿quién decide?.

Eso mismo fue lo que ocurrió este viernes, hasta el punto de que a día de hoy, Antonio Canales y Úrsula López están empatados a puntos tras los votos del personal. Ahora, imagino que será la propia consejera la encargada de elegir y acabar de una vez con una película dantesca.

Lo peor es que durante la votación, Pachón y Falcón terminaron cruzándose palabras ante el cambio de postura de éste último en la votación. A nadie escapa que el director del IAF no comulga con las actitudes del cantaor, como ha puesto de manifiesto en más de una ocasión, igual que el cantaor ha querido salvar su puesto hablando más de la cuenta y realizando movimientos más que sospechosos. Sea como fuere, lo único que se saca de todo este sainete es que el flamenco en Andalucía, y me refiero a sus rectores, sigue siendo un auténtico despropósito. Así nos va.

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