Análisis

fernando faces San Telmo Business School

Empresas sedientas de liquidez

A pesar de los buenos datos de empleo del mes de julio y de la reciente reactivación de la industria, el desplome del 18,5% del PIB en el segundo trimestre, el mayor de la Eurozona, y los rebrotes del coronavirus, hacen presagiar que la salida de esta crisis será dura y alargada. Uno de los síntomas es la persistente caída de ingresos y de rentabilidad de las empresas, y las tensiónes de liquidez. Un reciente informe del Banco de España sobre la liquidez y solvencia de las empresas tras el Covid-19 afirma que de abril a diciembre de 2020 las empresas españolas tendrán unas necesidades de liquidez de 230.000 millones de euros. El 70% de las empresas van a tener déficit de liquidez. Las tensiones de liquidez se agravan en aquellos sectores dónde más han caído los ingresos como son la hostelería, la restauración, el ocio, la construcción o la automoción. En estos sectores del 70% al 95% de las empresas tendrán défícit de liquidez. En el supuesto de que las empresas utilizaran todos sus recursos líquidos de depósitos, límites de cuenta de crédito y monetización de activos, todavía habría un 30% de empresas con déficit de liquidez. Porcentaje que se elevaría al 40%-45% en los sectores ligados al turismo.

Los problemas de liquidez cuando permanecen en el tiempo acaban convirtiéndose en problemas de solvencia. Según el Banco de España el 52% de las empresas tendrán algún deterioro de su patrimonio, y entre el 15% y el 22% acabarán con patrimonio neto negativo. Porcentaje que se eleva al 40% en el sector turismo. Las pymes sufrirán más, por su mayor vulnerabilidad y dificultad de acceso a la financiación. La caída de ingresos, las tensiones de liquidez, el creciente endeudamiento y el deterioro del patrimonio neto, irán acompañados de mayores impagos. Según el Banco de España, entre un 22% y un 32% de las empresas tendrán altas probabilidades de impago de sus deudas. Porcentaje que podría elevarse hasta el 47% en el sector de turismo y ocio.

Si la duración de la pandemia, por rebrotes incontrolados, sobrepasa el 2020 y parte del 2021, transcurrido el tiempo de la carencia de los préstamos, o a su vencimiento, muchos serán impagados. Si esto sucediera no habría otra solución que una gran refinanciación y reestructuración de la deuda de las empresas, con nuevos avales públicos. Por precaución la banca está haciendo provisiones precaucionales por los posibles impagos de los créditos concedidos con aval y sin aval público. Las expectativas son que a finales de 2022 la morosidad de la banca haya sobrepasado los dos dígitos. La travesía del desierto será dura. Vamos a necesitar todos los recursos financieros y humanos, nacionales y europeos, aplicándolos con la mayor eficiencia posible y estableciendo como prioridad la recuperación económica y el crecimiento sostenible. Acometiendo todas las reformas pendientes para mejorar la productividad y competitividad, única forma de crear empleo de calidad. Los presupuestos son la expresión cuantitativa y cualitativa de la nueva política. Hoy más que nunca, invocamos la responsabilidad de nuestros dirigentes políticos para que hagan posible un presupuesto histórico de consenso, el de la transformación y reconstrucción de España.

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