Análisis

Joaquín Aurioles

Equilibrio y tipos de interés

El BCE va a subir los tipos de interés oficiales (refinanciación, crédito y depósito) en un cuarto de punto y volverá a hacerlo de forma contundente más adelante, probablemente en septiembre. La presidenta Lagarde lo ha dicho sin ambigüedades, lo que significa que, si la inflación sigue descontrolada, no tendrá reparos en provocar un fuerte desequilibrio monetario en la Eurozona. La subida de tipos reducirá la demanda de dinero, por lo que durante un tiempo existirá un exceso de oferta monetaria. Suena mal, pero, en esencia, es lo que conscientemente suelen hacer las políticas económicas. Veamos por qué.

Definamos el equilibrio económico como una situación en la que desaparecen los incentivos para que los agentes modifiquen sus posiciones. En otras palabras, todos están satisfechos con lo que hacen y los mercados estabilizados. Es una situación ideal, pero también utópica para muchos, aunque no para los economistas teóricos. Para estos, el concepto de equilibrio es una pieza central del análisis económico, sin la cual difícilmente puede entenderse el funcionamiento de las políticas económicas.

Como hemos indicado, la subida de tipos por parte del BCE supone provocar un desequilibrio en el mercado de dinero que estimulará a los agentes a hacer las cosas de otra forma. La utilidad del concepto de equilibrio económico es que nos permite predecir el sentido de los cambios que provocan las decisiones políticas y, por lo tanto, determinar las consecuencias de la medida sobre la realidad que se pretende cambiar.

El efecto inmediato de la subida de tipos de interés es, como decía, un desequilibrio monetario caracterizado por un exceso de dinero en circulación. Los ajustes que se desencadenan comienzan con la contracción del consumo y la inversión y la ralentización del crecimiento. La presidenta Lagarde señaló en su discurso de Sintra (Portugal) que, si bien la inflación que padece Europa tiene su origen en un shock de oferta, también existen señales de presión excesiva de la demanda. La contención del consumo y la inversión ayudarán, por tanto, a frenar los precios, pero cuando la realidad es tan compleja como la económica, los cambios puntuales suelen tener efectos colaterales. El más adverso e inmediato es el frenazo a la recuperación y su posible impacto negativo sobre el empleo y en el caso de un país con un sector público tan endeudado como España, el deterioro de las condiciones de financiación exterior, tanto para el Estado como para los particulares.

La pregunta obligada es cuál es tipo de interés de equilibrio en la Eurozona, es decir, el que mantendría a la economía estabilizada. Si el mercado de dinero no estuviese tan intervenido tomaríamos el valor promedio en un periodo largo de tiempo, pero no es el caso. Lo que sabemos es que el tipo de interés nominal y el real (descontada la inflación) llevan años excepcionalmente próximos y muy por debajo de su nivel de equilibrio, pero la respuesta a la pregunta formulada es que el tipo de interés real de equilibrio a largo estaría en torno al crecimiento potencial de su economía, algo verdaderamente complejo de establecer, dada la diversidad de realidades que la integran.

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