Eran los años sesenta de la anterior centuria; Jerez, como todo lo que ocurría en España, intentaba sacudirse muchos fantasmas para que los horizontes se abrieran a un estado de normalidad y de trascendencia pausada y sin sobresaltos. Algunas hermandades nuevas, en Jerez, se abrían a unos horizontes ciudadanos acaparando la atención para encontrar caminos de seguridad y proyección. La Hermandad del Transporte era, en aquellos momentos, aplastantemente joven y buscaba, con entusiasmo, encontrar un rumbo adecuado a su vehemente dinamismo. Era la cofradía de los transportistas y en su seno se aglutinaba todo aquello que tuviese que ver con esa profesión. Durante unos años, el día de San Cristóbal, la collación de Santiago, se llenaba de todo lo que tenía relación con tan noble profesión viajera. Al Santo se le montaba en una camioneta y era el centro devocional de casi todo Jerez. De ahí, alguien de los más lúcidos en materia cofradiera que en Jerez han existido - de eso estoy totalmente convencido - idea la creación del Volante de Oro; con ello se quería premiar a los muchos esforzados en el noble oficio de transportista. El día de San Cristóbal -titular de la Hermandad del Domingo de Ramos - se convertía en la fecha elegida. Jerez pasaba, por un día, a ser el centro neurálgico de todo cuanto tuviese relación con el transporte. Los viejos del lugar cuentan las infinitas acciones relacionadas con aquella justa profesión. Desde entonces, cada 10 de julio, los mejores en lo referente al transporte, han sido elegidos por la hermandad para formar parte de una Orden que, ya, es motivo evidente de trascendencia en la cultura íntima de la ciudad. No puedo por menos referirme al gran Paco González, número Uno, grande de la calle de la Merced, por todo lo que ha hecho; también tengo que recordar al que sigue siendo culpable, ese otro Paco, grandísimo donde los haya, amigo entrañable y genial en todos los sentidos, de que el Volante sea una referencia en el contexto devocional de Jerez. Dentro de unos días, cuando San Cristóbal protagonice la conmemoración feliz del calendario, la Hermandad aglutinará lo mejor de aquello que ha acontecido en una historia íntima y reciente pero que encierra el sabor eterno que no tiene tiempo ni edad. El Volante de Oro será - esta edición para el Grupo Logístico Torralva - la continuación de una realidad que permanecerá siempre viva en el corazón de Jerez.

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