Análisis

fernando faces

España se cae del podio del crecimiento

En el último informe del FMI España pierde el podio de los países desarrollados con mayor crecimiento. Según las previsiones del FMI la economía española es la que más se desacelerará. Desde el 2% en 2019, hasta el 1,6% en 2020 y 202I. El ajuste de 0,4 puntos es el mayor de la Eurozona y de las economías avanzadas. Sorprende la intensidad de la desaceleración de la economía española. En 2020 crecerá menos de la mitad del máximo alcanzado en los últimos cinco años. El año 2019 ha sido el peor desde el inicio de la recuperación.Los principales y más resilientes motores del crecimiento de España (el consumo de las familias, las exportaciones, y la inversión empresarial) han dado señales de gran debilidad. Las causas son tanto externas como internas. No cabe duda que la desaceleración del crecimiento mundial, la guerra comercial EEUU-China, el hundimiento del comercio internacional, la incertidumbre del Brexit y los numerosos conflictos geopolíticos son algunas de las causas. Pero la brusca caída de la confianza de consumidores y empresarios está en la base del rápido deterioro. Desconfianza generada por la inestabilidad política, por la provisionalidad de los sucesivos gobiernos, por el déficit de gobernabilidad y la ausencia de proyecto de España, por la parálisis de las reformas estructurales y por el aburrimiento y desesperación ante el interminable conflicto de Cataluña.

El FMI no solamente advierte sobre él deterioro de crecimiento económico, sino también sobre la necesidad de que el objetivo y las políticas que se diseñen para un mayor crecimiento y creación de empleo, sean compatibles con la consolidación fiscal. Aquellos países que tengan holgura fiscal, por un bajo déficit y endeudamiento públicos ( Alemania), deben de aplicar políticas fiscales expansivas. Aquellos otros, como España, con alto endeudamiento y déficit públicos, deben de hacer compatibles la consolidación fiscal y el crecimiento inclusivo. Esta es la idea que la vicepresidenta Nadia Calviño ha intentado vender en su reciente visita a Bruselas. Nadia Calvillo intentará conseguir una nueva senda de reducción del déficit menos exigente. España con un déficit público inferior al 3% de PIB, está exenta del control y los requisitos del "procedimiento por déficit excesivo". A partir de ahora Bruselas exigirá la reducción del déficit estructural (no cíclico), que en España se aproxima al 3% del PIB, el mayor de la Eurozona. Bruselas exige a España una reducción del déficit estructural del 0,65% este año (aproximadamente 7.800 millones de euros). Gracias a su prestigio ante Bruselas, Nadia Calviño conseguirá una mayor flexibilidad. La normativa europea contempla que en casos justificados pueda aliviarse la reducción del déficit estructural del 0,65% anual, con un mínimo del 0,25 % . A Bruselas no le desagrada la agenda social del nuevo gobierno (reducción de las desigualdades y crecimiento inclusivo) siempre que vaya acompañada de la necesaria consolidación fiscal y de las reformas estructurales necesarias para el aumento del potencial de crecimiento. Y sobre todo, mejorar pero no derogar aquellas reformas que han sido la base de la recuperación y la creación de empleo, entre otras la reforma laboral. Pedro Sánchez quizás lo tengan claro, pero sus socios no.

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