Todos en nuestra vida hemos tenido que despedirnos de alguien o de algo. Es ley de vida. Se cierran unas ventanas y se abren otras, mejores o peores, quien sabe. Otras etapas que debes afrontar con la misma importancia que la anterior o incluso mayor. A mí personalmente me disgustan las despedidas, no sé decir adiós, quizás porque no quiera marcharme. Habrá quien le sea más sencillo decir un simple 'adiós' o un 'hasta luego'. Está claro que en ocasiones te alejas de un lugar o de una persona por decisión propia. La parte negativa llega cuando lo haces por obligación, cuando esa pequeña ventana se cierra en tu vida y no puedes hacer nada por mantenerla abierta. ¿Cómo le dices adiós a algo que no quieres decírselo?. Yo aún me lo sigo preguntando, aunque claro, "esto es así", pienso yo en un acto de autoconvencimiento que quizás pueda servirme para aminorar el alcance de las despedidas. A todos nos queda la gran esperanza de lo que vendrá próximamente. Y, sobre todo, estar agradecidos siempre. Por ello, gracias, compañeros.

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