En estas mismas páginas se lo preguntaba el experto Antonio Arcas. Venía a decir que es lógico que la Feria Internacional del Turismo esté llena de agentes de viajes y de directores de hoteles pero... ¿de políticos? Ya ni siquiera vale recordar los tiempos en los que la muestra era conocida como 'Fritur', por la cantidad de aperitivos que se repartían por los stands que se levantaban y aún se levantan al servicio y mayor gloria del gobernante de turno. Fitur, a qué negarlo, es uno de los mayores escaparates del sector a nivel mundial. Merece la pena ir a conocerlo pues, literalmente, se puede viajar por el mundo sin salir de las instalaciones de la Institución Ferial de Madrid (Ifema). Igualmente se puede viajar entre opciones políticas viendo cómo se las ingenian a la hora de vender, no el destino, sino su trabajo. Y es que una cosa es vender las excelencias de tal o cual pueblo o comarca y otra muy distinta vender la forma en la que un equipo político se las ingenia para llevar semejante oferta a este escaparate mundial. Los primero interesa a todo el mundo. Lo segundo, qué quieren que les diga, creo que a nadie.