En Mayo hizo 40 años del Caso Almería. Los cadáveres de tres jóvenes de Santander (Juan Mañas, Luis Montero y Luis Cobo), "confundidos" con etarras, aparecieron tiroteados y calcinados. Tres guardias civiles fueron después condenados por tortura y asesinato.

Aquel verano (1981) cuatro jóvenes se dirigían en coche hacia Caños de Meca. Uno de ellos había empezado a trabajar en la General Motors de Puerto Real y los otros venían a visitarle desde Madrid. Tenían acento del norte y, como se llevaba en aquellos tiempos, lucían barba. Ya en la carretera del Palmar los paró la Guardia Civil. Tras comprobar la documentación del coche y del conductor, uno de los guardias, muy nervioso, se dirigió al que iba de copiloto y le pidió "el carnet de conducir". El chaval contestó "se lo voy a enseñar pero no tendría por qué, pues no voy conduciendo". El agente, más nervioso aún, y empuñando el subfusil que llevaba, gritó: "¡Baje del coche!" Enseguida se acercaron más guardias, y mandaron bajar al resto, aislando a unos de otros. La tensión se palpaba. Entonces, el que conducía se dirigió al jefe diciéndole "Mire, yo soy ingeniero de General Motors y estos señores han venido a visitarme", mostrando el carnet de la empresa. Tras mirarlo, el jefe hizo un gesto al resto del grupo y dijo con frialdad: "Circulen". - "Vamos a los Caños, ¿hay algún problema?". El guardia, sin mirar, respondió: "He dicho que circulen". Ni un gesto amable. Los chicos volvieron a casa muy impresionados y con miedo. Hacía unas semanas había ocurrido lo de Almería y hacía pocos meses lo de Tejero. Yo era uno de los barbudos.

La idealizada Transición tuvo lugar en estas condiciones. Hubo que tragar mucho. ¿Ahora?... Si antes llevar barba te hacía sospechoso, hoy sigue habiendo quien odia al diferente, como ocurrió en Chueca hace poco.

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