El levante, "ese viento incordiante que parece un ciclón" según cantaba hace 30 años la chirigota de los 'Sanmolontropos Verdes', tiene multitud de historias sobre él. La más antigua dice que los fenicios abandonaron la costa de esta provincia porque, en ocasiones, era imposible vivir con él, que los volvía locos... Curiosamente, el levante que nos azota en la provincia está calificado dentro de un grupo que se califica como 'Vientos de locos', es decir corrientes de aire capaces de alterar la psique del más sereno de los hombres. No en vano, tan sólo en esta provincia (no conozco otra) cuando alguien "tiene un tiro dado" o "se le ha aflojado un tornillo" se dice de él que está "volado". Ayer tuvimos ocasión de experimentar buena parte de sus síntomas en una jornada que apenas nos dio tregua. Volviendo sobre los "volados" (aunque la verdad es que les llamamos "volaos") hay estadísticas que señalan claramente que en el Campo de Gibraltar la media de trastornos psiquiátricos está por encima de la media. Algo de razón tendrán las leyendas.

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