¡Hoy es Lunes Santo y… soy de La Cena!

03 de abril 2023 - 01:32

El tiempo "fortiter et suaviter" pasa -a Dios gracias- inexorablemente. Así que hoy, tres de abril de 2023, vuelve a ser Lunes Santo.

En Jerez, decir Lunes Santo, San Marcos y "La Cena" (obviamente me refiero a la Hermandad Sacramental de la Sagrada Cena de Nuestro Señor Jesucristo y Santa María de la Paz y Concordia en sus Misterios Gloriosos y Dolorosos) es sinónimo de una misma y grandiosa realidad: la andaluza y, por ende, la barroca y rotunda forma de expresar la religiosidad popular.

Si Dios así lo quiere -llevamos tres años, entre la maldita pandemia y la beneficiosa lluvia, sin hacer pública protestación de Fe por las calles de nuestra ciudad- el efluvio rojiblanco brotará del corazón del Jerez de intramuros haciendo presente la más viva y auténtica manera de relacionarnos directamente con la Divinidad -sin intermediarios mejor o peor transmisores, según actúen o no conforme a lo que predican, del mensaje salvador de Cristo y de la intercesión maternal de la Santísima Virgen María- y ello, independientemente del nivel sociocultural del devoto, ya sea cofrade activo o no, que simple y llanamente busca la mirada de Nuestros Sagrados Titulares.

La religiosidad popular en nuestra Andalucía la custodian y salvaguardan, desde hace más de siete siglos, las Hermandades y Cofradías. Por ello, cuando el barroquismo de nuestras centenarias cofradías, ya saben: el tallado y dorado de nuestros pasos, el exuberante bordado de mantos y palios de nuestras Dolorosas, el exquisito exorno floral, el amplio acompañamiento musical, etc. etc. es criticado en aras de una falsa sencillez y humildad descalifica al que consciente o inconscientemente (-¿Por qué no se vendió ese perfume que vale tanto como el salario de un año, y se les dio el dinero a los pobres?- Jn.12:1-8) ataca dicho esplendor, que es el reflejo del amor a la manera andaluza por Cristo y María.

Corren tiempos difíciles, muy difíciles. La Europa cristiana, religiosa y culturalmente hablando, está inmersa en una vorágine suicida. En aras de una nueva y falsa modernidad los "iluminatis" de nuestros días enarbolan la bandera de la libertad y de la tolerancia -como si ambas dos las hubieran inventado ahora mismito- pero no te descuides que a las primera de cambio como discrepes de ellos te arrearán con el palo de dicha bandera.

Así las cosas, el negacionismo de Dios y las tradiciones cristianas -Semana Santa incluida, que sólo se intentará promocionar como de interés (pongan el que les venga en gana) menos religioso- es síntoma inequívoco de que ser cristiano y manifestarlo abiertamente no está de moda, o peor dicho es casposo y trasnochado.

Por ello, servidor -al igual que tantos y tantos cofrades- al revestirnos con el santo hábito nazareno valoramos la vital importancia que ello representa en nuestros días. Ahora bien, el anonimato bajo nuestro antifaz debiera durar sólo y exclusivamente el tiempo que transcurre durante la estación de penitencia, no más. Ser cofrade es proclamar a los cuatro vientos, todos los días del año, nuestra Fe católica, no sólo el día de la salida procesional de nuestra Hermandad convertida en Cofradía. Y conste que entono el "mea culpa", porque a base de las tortas recibidas son muchas, muchísimas, las veces que el desgano me vence.

¡Qué importante sería que nuestros Directores Espirituales se centraran en ello, en dirigir espiritualmente a los cientos de cofrades de nuestras Hermandades y Cofradías! Resulta, cuanto menos chocante y absurdo, que algunos de ellos se dediquen a organizar el "lugar apropiado" para un Besapies o un Besamanos, a responder preguntas dirigidas a la Junta de Gobierno en un Cabildo General o, a lo peor a tomar partido por tal o cual capataz. Y, mientras, desaprovechando la labor de apostolado con los hermanos, que en mayor o menor número se acercan por la Hermandad.

¡Qué importante sería que nuestros dirigentes cofrades, en todos sus ámbitos y niveles, tuvieran una sólida formación cristiana y, todo su empeño e interés fueran el servicio a Cristo y a María!

Quizás estas reflexiones no sean las más adecuadas para uno de los días grandes de nuestra Semana Mayor. Pero, pienso que todos los días del año hay que vivir en cofrade y, la autocrítica es siempre positiva. Que nos ataquen desde fuera es inevitable, pero lo que es innegociable es que desde dentro de "casa" algunos comportamientos minen nuestras centenarias Hermandades y Cofradías y, su impagable labor religiosa, social y cultural.

Pero, hoy es Lunes Santo. Y como desde hace años -sólo cincuenta y tres- lo primero que habré hecho al levantarme es mirar por la venta al cielo -Dios quiera que sea celeste- y por enésima vez habré remirado el hábito nazareno, los guantes, la medalla, la papeleta de sitio, etc. Y los nervios, como si fuera Noche de Reyes, se apoderarán de mí hasta que no esté en San Marcos revestido con nuestra túnica, con la de nuestra Hermandad de la Sagrada Cena.

¡Que el Señor de la Sagrada Cena tenga Piedad y Misericordia de todos sus hijos que habitan el mundo y Santa María de la Paz y Concordia nos cubra con su manto de Madre!

¡Hoy es Lunes Santo y -a Dios gracias y a mis padres- soy de "La Cena"!

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