Los mercados en Europa arrancan la semana con buenas vibraciones, lo que contrasta con la nueva toma de beneficios en Asia-Pacífico; y ello a pesar de que las exportaciones chinas crecieron en enero y febrero un 60,6% interanual respecto a 2019 (periodo en el que se produjo en confinamiento de Wuhan y la ruptura del suministro de las cadenas de valor globales) superando las previsiones del consenso.

No obstante, pesó más el lento ritmo de vacunación de la potencia asiática (3,75 dosis/100 habitantes frente a las 27,2 dosis de EEUU o 9,1 dosis de la UE), por lo que de mantenerse esta senda no alcanzaría la inmunización del 75% de la población hasta dentro de 9,4 años.

Sin variaciones de TIRes especialmente relevantes, la rentabilidad del Tesoro de EEUU a 10 años se situó en torno a un 1,60% (+3 pb) y la del bono alemán a 10 años en un -0,28% (+3 pb).

Uno de los focos de la semana será la reunión del jueves del BCE, en la que se analizará si las autoridades prevén tomar acciones concretas en caso de consolidarse la senda alcista de los tipos de interés en el mercado secundario.

Los inversores reaccionan con optimismo a la aprobación en el Senado de EEUU por un voto del programa de estímulos fiscales de 1,9 billones de dólares de la Administración Biden. Las pequeñas modificaciones adoptadas por la Cámara Alta deberán ser ratificadas en los próximos días en la Cámara de Representantes, lo que demorará algo su puesta en marcha.

En España, el Íbex 35 (+1,90%) superó los 8.400 puntos y está en máximos desde el inicio de la pandemia, con 29 valores en positivo.

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