La jornada transcurrió con variaciones negativas generalizadas ante la persistencia de unos datos que señalan un mayor deterioro de las perspectivas de crecimiento.

La guerra de Ucrania, las tensiones inflacionistas, la crisis energética y alimenticia y la última ola de la pandemia en China han revertido significativamente las perspectivas globales.

Todo ello ya se refleja en la mayoría de los indicadores macroeconómicos de mayor relevancia; así, los últimos datos de PMI de los principales países de la Eurozona se situaron por debajo del umbral de 50 puntos. Se trata del mayor declive de la producción desde el inicio de la pandemia, lo que añade mayor presión ante un posible escenario de recesión.

Los precios de la electricidad en Alemania aumentaron hasta sobrepasar por primera vez los 400 euros por MWh. El precio actual se encuentra 11 veces por encima de la media de 2010-2020. Todo ello aumenta los riesgos de escasez de energía.

Las bolsas asiáticas cerraron con predominio del rojo, mostrando los índices de China caídas superiores al 2%, respuesta a las tensiones geopolíticas. La presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, aterrió en Taiwán ayer. China, que considera a Taiwán como parte de su territorio, ha prometido una respuesta militar no especificada a cualquier visita de Pelosi que pueda desencadenar una crisis.

La renta variable europea mostró tono negativo, si bien el Íbex 35 suma un tímido 0,15% que le lleva hasta 8.096,90 puntos.

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