Análisis

Aurelio romero

Ex diputado nacional

In memoriam

En estos días venimos recordando a las Víctimas del Terrorismo y especialmente a Miguel Ángel Blanco, vilmente asesinado por la banda terrorista ETA hace 20 años.

En aquellas fechas, España y los españoles vivíamos angustiados; todas las mañanas nos levantábamos temiendo un nuevo asesinato, un nuevo crimen de ETA.

Días antes de aquel fatídico 12 de julio de 1997, la Guardia Civil había conseguido la liberación de Ortega Lara, lo que supuso un duro golpe para la banda criminal.

Toda España temía la reacción de ETA y el día 10 de julio, cuando los medios de comunicación daban la noticia de su secuestro, sabíamos que ETA cometería la fechoría de asesinarlo.

Pretendían doblegar la voluntad del Gobierno, nuestro Estado de Derecho y someter mediante el chantaje a toda la sociedad española, dando a elegir cruelmente entre el acercamiento de los presos al País Vasco o la muerte de Miguel Ángel.

El Gobierno, con mucho dolor pero con firmeza no podía ceder, aún sabiendo que el final de Miguel Ángel tenía fecha fija.

Hay que resaltar el ejemplo de los padres, que sabedores de que entregaban la vida de su hijo, no hicieron el menor reproche a la actitud del Gobierno en aquellos momentos antes de su muerte, ni después de cometido el criminal atentado.

La muerte de Miguel Ángel Blanco supuso un antes y un después en la lucha contra ETA. Todos los partidos políticos, con la excepción de Herri Batasuna, unieron sus fuerzas para conseguir lo que al final, aplicando el Estado de Derecho, se ha logrado, la derrota de ETA.

Los españoles y por primera vez el pueblo vasco, salimos juntos a la calle sin miedo para gritar lo que verdaderamente pensábamos, para decir "Basta Ya", y llamar asesinos a aquellos que apretaron el gatillo, y que hoy están en la cárcel, y también a aquellos que los apoyan y no condenan sus actos criminales.

Qué pena que en aquella fecha no estuviera en vigor la prisión permanente revisable, y ojalá que los que hoy quieren derogarla recapaciten y rectifiquen.

En aquellas fechas yo era vicepresidente de la Mesa del Parlamento de Andalucía y recuerdo con emoción la unión de todos los partidos políticos del arco parlamentario (PSOE, PP, IU y PA) poniendo nuestro granito de arena para alcanzar lo que se llamó en toda España el 'Espíritu de Ermua', es decir, el alzamiento de una única voz de toda la sociedad española, incluida la vasca, contra el Terrorismo, que fue admirado internacionalmente como signo de madurez de una sociedad que luchó pacíficamente por su Democracia.

Hoy me da tristeza ver que en el Ayuntamiento de Jerez, PSOE e IU no voten a favor de dedicar un lugar a la memoria de Miguel Ángel Blanco, como se está llevando a cabo en muchos ayuntamientos de toda España y de diferente signo político.

Es un error, producto de un sectarismo calculado, creer que votar a favor de esta iniciativa puede costarle algún voto en las próximas elecciones municipales. Ninguna estrategia electoralista justifica el rechazo o ultraje del recuerdo de aquel concejal que entregó su vida por la libertad de todos y de todas, y que con muchos otros que también dieron su vida por la Democracia, han logrado con su sangre que incluso aquellos que quieren enterrar su memoria por puro interés político hoy puedan defender en libertad sus posturas, y tener voz y voto en las instituciones públicas que actualmente nos rigen.

Mi respeto y mi admiración a todas las Víctimas del Terrorismo, que con su vida han contribuido a la derrota de ETA y a que el Estado no se haya doblegado ante las exigencias de una banda criminal.

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