Iván Llanza Ortiz

Miembro de la Academia Andaluza de Gastronomía

Innovación gastronómica

Son innumerables la cantidad de utensilios y nuevos ingredientes que aparecen en el mercado gastronómico todas las semanas. En algunos casos su objetivo es hacernos la vida más fácil y, en otros, más rica. En cualquiera de los dos casos, estos lanzamientos merecen por nuestra parte una atención especial para comprender su origen, su razón de ser y, por supuesto, su modo de uso. Desde los tiempos del Garum hasta el lanzamiento del plancton ha pasado mucho tiempo; y desde la creación de la olla exprés hasta la aparición de los primeros robots de cocina han sido muchos los logros alcanzados.

A todas estas innovaciones gastronómicas se incorpora ahora un nuevo ingrediente, aderezo o salsa que está consiguiendo destacar en la gastronomía. Son muchos los restaurantes de alta gama los que lo están incorporando a sus elaboraciones al mismo tiempo que consigue hacerse un hueco en el ámbito doméstico. Se trata de la salsa Jerezana Quiole, que un grupo de jóvenes emprendedores andaluces están situando de manera virtuosa en el mercado. Esta salsa que tiene más de tres décadas de historia (y que anteriormente fue conocida como Curriquiqui) ha sido refinada, mejorada en su presentación y puesta al día en cuanto a registros sanitarios y sellos de calidad se refiere para cumplir con las exigencias actuales de los mercados y de los consumidores más sibaritas.

Quiole es desde mi punto de vista la soja española y podemos utilizarla tanto para cocinar carnes en el horno como para perfumar ensaladas o elaborar vinagretas. Además, por su intensidad y persistencia también está teniendo predicamento como ingrediente complementario en la coctelería y muchos profesionales han puesto sus ojos en ella como elemento diferenciador y de vanguardia en sus exclusivos establecimientos. Por otro lado, también podríamos entenderlo como una extensión de gama del tradicional convoy de aceite y vinagre que ahora se complementa con la salsa Jerezana.

Es cierto que de toda la vida se cocinaron grandes recetas con vino de Jerez y que este tiene la capacidad de transformar los platos y elevarlos a otra dimensión, pero ahora ha llegado el momento de dar una oportunidad a esta nueva iniciativa y buscar la manera de incorporar este complemento alimenticio a nuestras recetas en el día a día. Convencido de que este proyecto será un éxito, quiero felicitar a sus precursores y animarles para que no decaigan en su labor de comunicación, promoción y comercial de la marca. Larga vida al Quiole.

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