Visto y Oído
John Amos
Bienteveo
De unos años a esta parte, en Jerez ha reverdecido el interés por recuperar las grandes casas solariegas que la ciudad atesora gracias a la iniciativa de algunos jerezanos o de inversores de otros lugares que se han percatado de la excelencia que supone no solo poseer aquí una propiedad sino y muy especialmente poder habitarla y gozar con ello de unas condiciones y forma de vida; por nuestra climatología, por el entorno de la población en un lugar privilegiado de la geografía española, por el carácter amable de sus habitantes, por la huella que la industria vitivinícola ha dejado impresa en su núcleo urbano y en el propio carácter de nuestra gente, por la proyección internacional de su nombre, por citar tan solo algunas de sus virtudes; auténticamente excepcionales…
Y de aquella época en la que esas casas palacio pretendieron ser transformadas; en una concepción ideológica del concepto; en poco menos que en casas distinguidas de vecinos, hemos pasado en unos años al evidente interés no solo de algunos jerezanos sino de fondos de inversión o propietarios de otros lugares que han llevado a cabo, con evidente éxito, la recuperación de muchos edificios emblemáticos repartidos por toda nuestro trazado urbano lo que contribuye a engrandecer aún más la belleza de nuestro patrimonio arquitectónico…
Eso viene a realzar aún mucho mas el concepto de que Jerez es, sin duda, una ciudad para vivir y para ser vivida, por todas las razones enumeradas anteriormente y aceptando, desde luego, que son bastantes todavía las carencias que deberíamos superar y los errores que deberíamos evitar, para que no solo no disminuya esta certeza, sino que cada día que pase nos acerquemos a la perfección y pongamos la base para que además nuestro pueblo; que en las décadas de los sesenta y setenta del pasado siglo era tenido precisamente por pueblo grande y hermoso y que la gestión del Alcalde Pacheco transformó en gran Ciudad, con sus aciertos y sus errores; además de ser lugar ideal para vivir lo sea también para invertir, objetivo al que todos los que lo amamos deberíamos tratar de contribuir en la medida de nuestras posibilidades…
Surge esta reflexión por la indudable e imparable recuperación de nuestro parque de viviendas, del que podemos encontrar testimonio en numerosos lugares del casco urbano y también por la necesidad de preservar ciertas construcciones industriales bodegueras que estamos perdiendo con demasiada rapidez y que bien podrían haber tenido otro uso que el de ser derribadas y convertirse en solares sobre los que se construyan los impersonales bloques de viviendas que en todas partes existen, aunque tantas veces la necesidad de liberar suelo para albergar espacios habitacionales convierta este pensamiento en poco menos que imposible…
Jerez de los grandes templos; Jerez del emplazamiento singular en la baja Andalucía; Jerez comunicada suficientemente con el mundo, a un paso de la serranía gaditana - nos mira desde la atalaya de su altura el cerro San Cristóbal - y a tiro de piedra del mar; Jerez de la Mezquita y del Alcázar; de la muralla aún por descubrir en parte, del Tempul y del Hontoria; de la tertulia en torno al vino de la tierra…
¿Hay quien dé más?
Pues si es así que lo disfrute, que aquí estamos en una ciudad que se alzó para ser vivida y que aguarda la llegada de inversores que reactiven su economía…
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