Análisis

santiago cordero

Llorones

Zinedine Zidane asumió toda la culpa por la eliminación copera

Antes que nada, me gustaría aclarar que la victoria del Real Madrid ante el Alavés no ha variado en ningún modo el sentido de este artículo. Si cabe, dicha victoria solo sirve para reforzar el argumento, pero nada más. La idea se me vino a la cabeza cuando escuché las declaraciones de Zidane justo tras la eliminación de la Copa del Rey ante un segunda B, como es el Alcoyano.

Una vez más, ante una derrota vergonzante, Zidane dejo claro que "yo soy el entrenador y asumo toda la responsabilidad", algo que llegó a repetir hasta en tres ocasiones ante la insistencia de la prensa para que Zidane echara la culpa o señalara a alguno o algunos jugadores. No voy a entrar en el debate de si el francés es mejor o peor entrenador, de si tiene más o menos capacidad para manejar los partidos o si todos sus éxitos son fruto de alguna flor, eso lo dejo para los sabios.

Ante una crisis o catástrofe deportiva, empresarial, social, política... los expertos en comunicación recomiendan, entre otras cosas básicas que el máximo responsable asuma todas las responsabilidades, sin poner excusas, sin llorar, sin mentir. Asumir responsabilidades y por tanto sus consecuencias. Recomiendo que veáis el resumen de las declaraciones de Zidane a la finalización del partido. Escuchen sus palabras, su tono.

¡Ojalá, nuestros políticos y dirigentes actuaran como Zidane! Porque si ya de por sí es triste la lista de políticos corruptos (de todos los partidos) y todos sus cohortes de pelotas que se han aprovechado del cargo para vacunarse (delito), jugando con la vida de personas de riesgo y ancianos, más asqueroso y desagradable es escuchar cómo se excusan y cómo lloran. Que si iban a caducar, que si mis técnicos me obligaron, que si yo no quería, que si soy médico. Hasta para ser delincuente hay que valer.

Imagínense por un momento que el pavo de Murcia que vacunó a más de 400, hubiese salido en rueda de prensa diciendo como Zidane: "Yo asumo toda la responsabilidad y dimito" o el pavo de Ceuta igual, en vez de balbucear "mis técnicos, yo no quería, mis técnicos".

Pero este es nuestro país, golpes de pecho, mucha viva España, pero a la hora de salvarse "por mí y todos mis compañeros, por mí primero" y por supuesto ya lo dijo uno de nuestros empresarios y políticos más reputados "Que dimití ni dimití, dimite tú". A unas malas, si nos cogen con las manos en la masa o con dos botes de maquillaje o con un título de master o regalando sesenta y cinco millones de euros por amor, siempre nos quedará la posibilidad de echar una lagrimita, agachar la cabeza un poquito y decir "españoles, no volverá a ocurrir".

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