En el mundo del vino de Jerez hay personas únicas. Maestros de los jereces. Gente que ha dedicado su vida por completo a la cultura del vino de nuestra tierra y que le siguen aportando valor cada día que pasa. Es el caso de José (Pepe) Blandino, de Bodegas Tradición que tuve la suerte de conocer personalmente el pasado martes en la bodega de la calle Cordobeses. Pepe habla desde la experiencia. Defendiendo el vino de Jerez y su esencia, por encima de modas. Como los años y el color de un Fino. "Un Fino debe tener al menos 8 ó 9 años para que alcance su madurez". "Hay Finos que se ven ahora en el mercado que no han madurado todavía". Un hombre que se esfuerza por mantener la calidad y la tradición de la cultura vinícola jerezana. Y que es un libro abierto cuando habla y cuenta cómo ha sido su trabajo en bodega durante más de 50 años. Tras pasar gran parte de su vida en Domecq, desde finales de los años 90, recala en Tradición. Proviene y ha construido una saga bodeguera caracterizada por la búsqueda de la calidad de los jereces. Una verdadera enciclopedia para conocer el arte de los capataces del jerez. Pasión, ganas e ilusión son tres términos que podrían perfectamente definirle. Mimo a los vinos durante toda su vida, para que alcancen una calidad exquisita. Para que no pierdan color, ni aroma, ni sabor. Vinos de mosto yema. Todos. Biológica y oxidativa. Respetando su crianza. Y el trabajo bodeguero. Y dándole su precio real en el mercado, que es quizás en los tiempos que corren, de lo más difícil. Pero ahí están. Con unos vinos reconocidos internacionalmente y un legado que se hereda de padres a hijos. Gracias, Pepe Blandino, por seguir regalándole a Jerez la sapiencia de su vida entre generosos. Esta ciudad les debe mucho a personas como él. Que cuidan, respetan y ponen en valor a los mejores vinos del mundo. José Blandino merece una entrevista más larga. Que llegará. Pero hoy viernes brindo por él, dándole las gracias por tanto con estas palabras.