Análisis

Dr. luis gonzalo Académico de número de la Real Academia de Ciencias, Artes y Letras de San Dionisio

Manifiesto entre Premios y Fundación

"Hay veces que estando sentado en el portal de la casa, se siente el amanecer de un misterio dormido y a la vez espesura de lejanías...". Hace unos años escribía estas palabras en el Diario de Jerez conmemorando los 100 años de la E.A.J., o la entrega a la parroquia de la Inmaculada, la patente internacional sobre el Cristo del Vino, barrios de Jerez con el arte de sus gentes y la cultura de manos extendidas. Instantes eternos dentro de un barrio, la Plata o Santiago, cantes de palabras, verbo que pinta el desván de los recuerdos entre tonadas y bulerías. De aquí salió la 'Fundación entre las Ciencias, Artes Dr. Luis Gonzalo'. Se hace realidad junto a un patrimonio en la propia estética y orígenes de su cultura, barrio que en su momento se convirtió en modelo de urbanización para el siglo XX gracias al diseño del arquitecto municipal Fernando de la Cuadra. Este año, por primera vez, se dan los premios a varias instituciones y al cante dentro de la guitarra, haciendo honor a la nostalgia y el empuje de una asociación de vecinos, sensibilidad y devoción de la Candelaria y al toque real entre la propias cuerdas de Isaac Moreno con su guitarra.

Pronto se conocerá mucho más de las 'Historias de Jerez' con la Galería de Retratos de los Directores de la E.A.J., enlace entre la calle Lealas, los barrios de Santiago y la Plata que impulsaron su dinámica en un caminar abierto hacia el mundo artístico. Fundación y patrimonial en una ciudad soberana, abierta, desnuda del blanco escayolado y patio de jazmines con calma del grafito iluminando cerámicas, integradas por primera vez sus bocetos de Retratos en un proyecto internacional, que serán entregados en este curso académico 2018/2019 a Jerez, donde se avala lo que escribo, la obra catalogada y digitalizada que se encuentra en nuestra Universidad por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH). La Plata, premios, últimos años entregados en la Diputación de Cádiz, y momento de homenajear a la plaza de la Iglesia de Santa Ana; verano de soles, verbos para un barrio viejo que vuelve a resurgir. Sus trazos son sonidos de calor a la vida, ternura gitana, gotas de aguas, rocío de muchas mañanas y tardes de ensoñaciones.

Palabras para la meditación, y apoyo a sus calles para que en su día se pueda realizar un monumento, sin coste alguno, solamente la albañilería del andamiaje, aportando los sueños que siguen siendo alivios entre un caminar por los senderos, portales abiertos, ventanas llenas de cristales y mujeres apostadas sobre unos pequeños 'visillos' translucidos de evidencias.

Considero, dentro de estas breves palabras, que sean apoyadas para que este barrio de la Plata consiga de nuevo, lo tiene perenne, el color de las limpias arenillas en las cumbres felices, tempestades y naves que saludan las gaviotas apacibles cantando a la aurora.

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