Análisis

Marco A. Velo

Manolo Picón, Felipe Morenés, Paco Toro…

Alfa:Copa de jerez con Manolo Picón de Gracia en el clásico Bodosky, sito en calle Comandante Paz Varela. Un sol de justicia arrampla a sus anchas -tritón y presagios hodiernos de primavera-. La conversación se torna confesionario. Manolo es amigo y es arraigo sociológico. La voz oficiosa del nomenclator de Andalucía Occidental. Vulgo Sur del Sur. Se sabe de pe a pa vida y milagros de quién es quién por estos pagos. Anecdotarios, parentelas, heráldicas, árboles genealógicos. Manolo fabrica, con sutileza y sagacidad, neologismos. Es un ávido crack en la invención de neologismos. Muy agudo la "sangonzalitis" imperante. Existe una jerga -que no una jerigonza-, una germanía, del denominado lenguaje Picón. De haber nacido algunos años antes, asimismo hubiese inventado el palabro "bizcotur" ya creado por el personaje del ocasional actor Camilo José Cela en la laureada película 'La colmena', basada en su homónima obra de posguerra. Charlamos de lo divino y lo humano. El sol en la copa. El frescor en el vino fino. Calma chicha en derredor. Todo un honor la propuesta (mariana) que José Carlos Gutiérrez concede a Auxi. ¡Cúmplase! Esta gaditana guapa disfrutó de lo lindo -me consta- de la claridad sonora del Domingo de Pasión sevillano. ¡Cómo brujuleaba en la brecha -y no a la greña- Sevilla! Un servidor de usted y de nadie más hace oídos a la conversación de Manolo. Regimiento, brigadilla y Jerez a voces escogida… suena y resuena. Palpita en la charleta. Aprendizaje viviente, como el Lope de Vega de Ramón Gómez de la Serna. Me habla de alguna comidilla vox populi. Y, de nuevo, todo Jerez a voces escogida… Picón es una enciclopedia inagotable también de cofradías. ¿Quién osa dudarlo? Indistintamente te traza el itinerario milimetrado de un Domingo de Ramos tanto sevillano como gaditano. Su catón está preparado al efecto. ¿Cómo, rediez, no iba a estarlo? Abordamos hasta el american way of life. Y el azacaneo cotidiano inter nos. En la dialéctica de Manolo cierra filas la línea de flotación de la infinidad de personas que conoce a destajo. A cualquier cronista local daría la faena hecha en un amén. Es bonísimo amigo. No busca mil patas al ciempiés. Nos emplazamos a corto plazo. Corto cortísimo. Así lo quieran Nuestra Señora del Sol y el Santo Cristo Varón de Dolores

Beta:Café tempranero con Felipe Morenés Giles -marqués de Villarreal de Burriel- en el Hotel Jerez. Nos acomodamos en un reservado. Parlamentamos por largo. Felipe encopetado de elegancia. Tal cual es. Un dandi de hidalguía a la antigua usanza. Madruga más que el lechero. Odia encarnizadamente la vulgarización de cierta tendencia social. Me recuerda -de cerca y de lejos- a César González Ruano. En delgadez y en refinamiento. Esa estilizada física de las buenas maneras. Felipe es un concienzudo lector de José de las Cuevas Velázquez-Gaztelu -q.s.s.g.g.-. Acierta sobremanera Felipe cuando lee y relee este legado escrito de José. Sus libros han de rescatarse sin mayor dilación. ¿Editoriales, para qué os quiero? 'Biografía del vino de Jerez', 'Historia del Brandy' o 'La bodega entrañable' suman obras esenciales y harto desconocidas para las novas generaciones de jerezanos interesados en el ramo. ¿Una edición compilada? ¿Vamos al lío?

Gamma: Paco Toro de la Barrera y yo bisbiseamos un atisbo coincidente. Allá por la hispalense collación de San Andrés. El Teniente Hermano Mayor del Santo Crucifijo es un cristiano convencido que reniega de la fe vergonzante. Domina la liturgia y domina el sentido de la medida. Socava y neutraliza el discurso dominante de un laicismo ramplón con la dialéctica de la experiencia de Dios. En San Miguel está valorado como bien merece. Es serio, silente y comprometido con lo suyo: clavel rojo de otorgaciones. Luis Ortega Bru para esculpir una muerte trascendente y trascendida…

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