Los mayores, nuestros mayores, los que hoy se manifiestan para pedir unas pensiones justas, también fueron jóvenes. Son cosas que pasan muchas veces desapercibidas para los que, desde fuera y con menos años de experiencia, los vemos exigir lo que es justo. También salieron a la calle hace décadas para pedir lo que hubiera que pedir con el objetivo de alcanzar un bienestar para los suyos, que se fue alcanzando a golpe de pancarta y altavoz y sufrir muchos reveses. Seguramente pensaron entonces que en 2018, cuando ellos ya fueran pensionistas y estuvieran 'felizmente' jubilados, no tendrían que salir a la calle para volver a pedir por ellos y, además, para el futuro de sus nietos. Se dejaron la voz entonces para un futuro mejor y lo vuelven a hacer ahora por ellos, y por el resto, por los que observan desde las aceras cargados de juventud y supuestamente ajenos al acontecimiento. En un par de décadas algunos estaremos pensando en lo que nos quedará mensualmente para disfrutar de la jubilación. Si alcanzamos a tener pensiones será, otra vez, gracias a ellos.