Dos letras repetidas y continuadas acompañando a una sintonía pegadiza se han convertido en un himno internacional, cantado por todas las aficiones en los grandes partidos, sea del país que sea. El idioma que se hable es entendible en cualquier lugar del mundo y para todos los deportes.

En Jerez se ha cantado en los grandes momentos de la historia, haciéndonos disfrutar de triunfos, ascensos y partidos inolvidables. Me refiero al cántico oé, oé, oé con el que se ha conseguido reactivar al equipo en el terreno de juego, le hacía volar y daba a su afición triunfos, llenando de alegría y orgullo a los aficionados. De hecho, era típico en la ciudad el dicho ese que decía 'Mañana el pan es gratis'. Nada de nada, duraba el tiempo de llegar cada uno a su casa con la sonrisa a lo profidén y más rojo que un salmonete, pero cuando entraba a su casa las primeras palabras de bienvenida te quitaba el punto y te volvía a la realidad, manteniendo la discreción y la euforia, ahora sí, en silencio.

En estos tiempos, Jerez es una ciudad complicada para el deporte: desde que entró la política, el deporte va de mal en peor, divide a sus aficionados, discrimina y se tortura al club más antiguo y el que más triunfos ha dado a la ciudad. Jerez tiene una de las mejores instalaciones deportivas en manos de políticos que han dirigido y siguen dirigiendo los destinos de forma caprichosa, alejando a los que se muevan negándoles su existencia. Son tiempos de paz y sólo falta poner en práctica un poco de cordura.

Al equipo de la acera de enfrente, como siempre le he llamado, este año no se le puede escapar el ascenso a Primera, tan deseado como necesario para la provincia. Han conseguido formar una plantilla de extraordinarios profesionales, dirigida por un mago del deporte que cada semana da una lección de estrategia, arte y saber. Ese amarillo que, según dicen, separa a las parejas es más que bendito para los aficionados cadistas y para todos los futboleros de la provincia gaditana. A todos ellos les deseo ánimo, valentía y esperanza y que no les falte el himno del 'oé, oé, oé...'.

Este himno lo tienen que cantar con fuerza en el Ramón de Carranza y cantándolo, sea cual sea el marcador, se conseguirá deportivamente un final feliz para los partidos que restan a los gaditanos. Que desde toda la provincial escuchemos juntos el 'oé, oé, oé…' será señal de que un futuro mejor habrá llegado.

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