El Ayuntamiento de El Puerto (PP) va a poner el nombre de Pemán a un parque público. Un acto más de una campaña reivindicativa del autor en la que se utiliza como mascarón de proa una foto con Alberti en el Carnaval de Cádiz de 1981, curiosamente, cinco días después de 23-Fe. Pocas veces un documento se ha manoseado tanto para justificar y absolver a un personaje que la derecha pone, nada menos, como ejemplo de la transición y la reconciliación en España (eso sí, sin justicia ni reparación)

La evolución de Pemán, como la de tantos, no puede servir para lavar el protagonismo y la colaboración con la dictadura. Porque él fue el poeta del alzamiento golpista y presidió la Comisión que depuró a más de 15.000 maestros republicanos. Su único discurso parlamentario en la República fue para defender la Ley de Amnistía de 1934 (¡Amnistía, sí!) que sirvió para perdonar, entre otros, al golpista Sanjurjo. Fundó y dirigió el semanario femenino ELLAS, donde se publicó en defensa del fascismo: "No elegiréis los gobiernos con vuestros votos, pero predestinaréis con vuestra simpatía a los jefes nacionales". El papel de la mujer. Y en una alocución en Radio Jerez en 1936 soltó: "La idea de juego o turno político ha sido sustituida por la idea de exterminio y expulsión". Aunque nunca luchó en el frente, para arengar a las tropas fascistas lo recorría en el Rolls de su pariente jerezano José Domecq de la Riva, alias "Pepe Pantera".

Además de su evolución política, la derecha defiende también su obra literaria, pero ningún manual serio de literatura en los últimos 50 años se refiere a Pemán. Y ningún profesor solvente se atreve a compararlo con los poetas del 27, los de su edad. Como dijo J.R. Ripoll: "Más que la memoria histórica, será la propia memoria la que nos haga olvidar una obra tan mediocre".