Así empezábamos las carreras de niños. Hoy, más o menos, se mantiene la expresión en natación y atletismo. En las motos las voces se sustituyen por semáforos. Antes de que se apague el rojo se oye un ruido ensordecedor, con los motores a tope antes de soltar embrague y salir disparados intentando controlar la moto y llegar bien a la primera curva, a veces, un auténtico embudo traidor.

De todo esto me acordé al ver lo ocurrido en las primeras noches de fin de semana sin toque de queda. Eran como los corredores que han estado conteniendo una presión insoportable y de pronto la liberan explosivamente. Como bien tituló este medio, "tras la alarma, el desmadre". Se confirma que no somos pueblo de términos medios.

Y todo esto ocurre en un cierto estado de descontrol nacional donde sorprenden varias cosas. En primer lugar, el ruido. Todo el mundo habla y, como siempre, las voces que menos se oyen son las de los expertos. ¿Será porque no se quieren oír? La provincia de Cádiz está aún en nivel ámbar. Hay zonas de Andalucía en Rojo. ¿Nos podemos permitir ese desmadre? Un informe oficial del Gobierno Navarro relaciona la apertura de bares con crecimiento de contagios. ¿Ha tomado nota Andalucía? Todo se fía a la vacuna. Pero si tienes, por ejemplo, 57 años y llamas para pedir cita te dicen hoy en Jerez que "la agenda está cerrada" ¿No suena eso a largas demoras y grandes listas de espera?

Sorprende también la judicialización de la política pues, para cualquier decisión, los tribunales tienen que dar permiso. Y en Euskadi dicen una cosa y en Baleares otra ¿Tendría que haberse atrevido el Gobierno a llevar al Congreso la prórroga del Estado de Alarma y que se retratara el PP? ¿Será esto - el desmadre - la libertad que quieren los "hooligans" de Ayuso?

Veremos las consecuencias.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios