Reconozco que hubiera sido mucho más efectivo denominar a este tiempo que ayer empezó a refrescarse primavera postrera, pero el término trasera tiene su justificación. Y a ello voy. La peña rociera de este nombre, es decir 'La Trasera', celebró una convivencia el pasado sábado que trajo aires primaverales y de Rocío a esta ciudad cuando las hojas luchan por seguir unidas a las ramas. Resulta curiosa la forma en la que los andaluces conocemos los ingredientes para aliñar un buen encuentro de amigos. Que si un poco de baile por aquí, que si unas guitarras flamencas por allá, que si unos platos para llenar el estómago como una estupenda berza... Si a todo ello le unimos un montón de buena gente pues el éxito está garantizado. La fe se vive todo el año. Si tan sólo rige en el corazón durante dos semanas al año le podrás llamar afición, pero jamás devoción. Y es por eso que los chicos y chicas de 'La Trasera' tienen presente a la Virgen del Rocío todo el año. Y le rezan, que me consta. Y le cantan. Y la aman. Y, ya sabemos, que hay amores que lo pueden todo.

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