Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

Recuerdos

Nos alejamos del que huele mal

RECUERDO ir con mi padre a una asamblea extraordinaria de socios del Xerez CD que se desarrolló en el teatro de las Marinas. Los datos exactos, fecha, numero de votos, etc., no tienen mayor importancia. El caso es que, auspiciado-apoyado-promovido por el entonces alcalde de Jerez, Pedro Pacheco, se propuso a los socios del Xerez allí reunidos y a los del Jerez Industrial, que montaron su asamblea en otro lugar que no recuerdo, la reunificación de los dos equipos, para refundar al primigenio Xerez FC. El Deportivo que andaba entre Segunda B y Segunda, votó casi por aclamación que sí. El Industrial con intervención clave de Paco Narbona, según oí en los programas deportivos y en el Diario en los días posteriores, dijo que no.

Más o menos así fue. Desde ese momento Pacheco se volcó en el Xerez CD, hasta el punto de que años después, por petición de los socios y con el voto  a favor de todos los partidos que formaban el pleno del Ayuntamiento, tanto derecha como izquierda, se atendió la petición de los socios xerecistas (que pudieron haber comprado cada cual sus acciones). El Ayuntamiento de Pacheco salvó in extremis al Xerez CD de desaparecer adquiriendo la mayoría de acciones.

Pero el Xerez CD costaba mucho a las arcas municipales. Lo que al principio fue agradecimiento a Pacheco, entre los malos resultados, los Mercedes y otras salidas de tono sobre todo a nivel de comunicación. El Xerez pasó de ser una mina de votos a todo lo contrario. La consigna era venderlo a toda costa. El primer espabilado que olió la necesidad de venderlo engañó hasta el último de los incrédulos y  compró el club. Era Luis Oliver. Llegó Schuster y el destierro a Sanlúcar de Barrameda. El Xerecismo que había suplicado a Pacheco que no dejara desaparecer al club, fue capaz de convocar, con Oliver al frente del club, a unas quince mil personas y a la postre propició la caída del acalde más longevo de España.

A partir de ahí el club pasaba de un presidente a otro, de perseguido por la justicia a perseguido por la justicia hasta que recaló en la presidencia a Joaquín Morales. Con él llegó el ascenso a Primera división. Decenas de miles de xerecistas de todo corazón y de los de para toda la vida, celebraron el primer y único ascenso a Primera división del club de sus amores, el Xerez CD. Luego llegó la hora de disfrutar de esa Primera división y sobre todo del Pipo Gorosito. El himno del mi amigo Monje “desde niño se pone la camiseta” se cantaba a pulmón lleno cada partido. Pero nos faltó un  suspiro para quedarnos en Primera. El Xerez descendió a segunda en la última jornada.

Tras el descenso, con el club en concurso de acreedores, con Tebas abogado del Xerez y presidente de la Liga, se le negó un dinero que pudo haber evitado el descenso administrativo. El Xerez CD pasó de tocar la gloria a ahogarse en el barro. De buenas a primera estaba en Tercera y con muchas papeletas de desaparecer. Pero se resistió a morir.

Nos acercamos al que huele bien y el éxito siempre mejora el aroma del que lo protagoniza. Y nos alejamos del que huele mal y en la derrota hace que seamos mal olientes. Nadie te acompaña para ayudarte a ganar y todos te acompañan si has ganado. Es una ley de la vida”.

Años después de aquella asamblea para reunificar el fútbol en la ciudad, trabajando en la COPE, tuve la suerte de poder tomar un café con Paco Narbona, por aquel entonces presidente de un Jerez Industrial que deambulaba por la regional preferente, cuando había llegado a militar en segunda División y ninguneado por el Ayuntamiento que estaba volcado en el Xerez CD. Junto a él estaba su padre, muy mayor el hombre, quien de manera tranquila pero firme me contó como el Xerez FC había derivado en el Deportivo y el Industrial. Me expresó sus sentimientos tras tanto ninguneo y tanto trato de favor por parte del Ayuntamiento al Deportivo. Concluyó diciendo más o menos que lo único que no podrían arrebatarle era el orgullo de sentirse industrialistas. De hecho el Jerez Industrial también sigue vivito y coleando. La cuestión no es olvidar el pasado, sino conocer el pasado.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios