Análisis

Evaristo babé

Presidente de Fedejerez

Respeto y responsabilidad

Escribo estas líneas pese a mi reiterada opinión contraria a tratar los asuntos sectoriales en la plaza pública en lugar de hacerlo en el marco de las mesas de ámbito profesional, que es donde se deben analizar y debatir los problemas y sus posibles soluciones con rigor, información adecuada y espíritu constructivo.

Pero me veo obligado a escribirlas, desagradablemente sorprendido además, por el tono y contenido de lo que hemos leído en este medio durante esta última semana. Podríamos remontarnos a más tiempo atrás, sin duda, pero basta con releer lo publicado en estos últimos días para darse cuenta de que no es conveniente guardar silencio. Cada cual es libre de informar como quiera y de opinar lo que considere oportuno -¡estaría bueno!- pero, evidentemente, cuando se hace en un medio de comunicación, o para que se publique en uno, debe hacerse con el debido respeto y responsabilidad.

Pretender culpabilizar, más o menos explícitamente, a las Bodegas de la situación en que se encuentra el viñedo y de los bajos precios de la uva es algo injusto y que pone en evidencia un profundo desconocimiento no solo de cómo funcionan el mercado y los precios -que se fijan, no se olvide, libremente por los operadores individualmente en función de sus necesidades y de la oferta y la demanda sectorial- sino también de lo que establece la propia normativa vigente en materia de defensa de la competencia. Nadie puede estar obligado a comprar lo que no desea o necesita, o a pagar por ello un precio que no sea el del mercado. Insistir, una y otra vez, en ello denigrando públicamente la imagen del sector constituye una indudable muestra de falta de respeto y de responsabilidad.

No creo que nadie piense, aunque pudiera deducirse de alguna de las manifestaciones publicadas, que las bodegas son las responsables del actual estado de cosas por no hacer las cosas bien, por no saber vender. Si así fuera, la solución es muy sencilla: póngase a vender cuanto antes quien así piense. Tiene un gran negocio por delante. Todo mi ánimo a cuantos quieran salir al mundo a vender -en leal competencia, claro está- "más y mejor" (como genialmente dicen algunos). Pero, eso sí, desde el respeto y la responsabilidad.

¿Saben acaso quienes se permiten criticar sistemáticamente y de forma pública a las Bodegas del Marco dónde se encuentran las principales causas de la crisis del Vino de Jerez? Recomiendo leer las conferencias dictadas en la Real Academia de San Dionisio y otras publicaciones realizadas por personas bien informadas en esta materia, tales como D. Jesús Medina García de Polavieja, D. César Saldaña o D. Luis García Ruiz. ¿Saben cuánto se ha reducido, por ejemplo, el consumo de vino per cápita en España en los últimos cuarenta años? ¿Son conscientes del alcance del cambio de ciclo y de los cambios de hábitos de consumo y gustos de los consumidores en España y en el mundo? ¿Conocen realmente los esfuerzos de quienes trabajan todos los días en las bodegas para innovar, producir con la más alta calidad, vender e incrementar las ventas y la rentabilidad? Me temo que no. Por eso, pido respeto y responsabilidad. Ocurrencias y demagogia en los medios de comunicación con los asuntos serios, las justas. Un proverbio norteamericano dice: "si quieres miel, no des patadas contra la colmena".

Tenemos actualmente una fluida comunicación entre los presidentes de las principales organizaciones representativas del sector: cooperativas, viticultores que no entregan su producción a cooperativas y Bodegas. Y tenemos la oportunidad de intentar si no resolver todos los problemas, sí de avanzar y mejorar la situación en muchos de ellos. Naturalmente, el primer objetivo debe ser el de incrementar la demanda, que es a donde deben dirigirse los principales esfuerzos de todos pues, mientras no se logre esto, todo será mohína y lamentación.

Escribió Salustio: "La concordia hace grandes las cosas pequeñas; la discordia puede destruir hasta las más grandes". Tenemos la obligación de centrar los problemas con la mayor objetividad y buscar las mejores soluciones para todos, pues este sector tiene un gran y brillante futuro, sin la más mínima duda.

Por eso, cuando se escribe o se opina públicamente de algo, se debe hacer con responsabilidad, con prudencia y sabiendo las consecuencias que puede comportar lo que se dice o escribe. Las frivolidades y chascarrillos están bien para tertulias de café, pero no para formularlas en público, pues no son buenas ni útiles.

El foco hay que ponerlo donde proceda y en la forma adecuada, sin contaminar todo para intentar solucionar intereses particulares. Cada cual tiene sus problemas, claro está. Y el propio sector tiene los suyos. Pero pretender que las Bodegas resuelvan los problemas particulares de cada cual, no es razonable ni correcto. Y utilizar un medio de comunicación para ello tan solo sirve para perjudicar a todos. Piénsese, a título de ejemplo, qué habrán pensado del sector esos más de ciento cincuenta distribuidores de todo el mundo que han asistido estos días a una convención de ventas de una destacada Bodega de Jerez y hayan leído algunos de los artículos publicados.

Precisamente hace unos días, a raíz de la publicación de los artículos a que me refiero, dos operadores del Marco me manifestaron el grave perjuicio que les había causado la coincidencia de la publicación de dichos artículos con las negociaciones que estaban llevando a cabo con sendas instituciones financieras para reestructurar determinadas operaciones importantes para sus respectivos negocios.

Los desahogos públicos pueden comportar consecuencias indeseadas y de amplio alcance, incluida la propia devaluación de los activos de aquellos que supuestamente se pretende defender.

Hay que buscar, naturalmente, soluciones a los problemas para hoy y para el futuro, sin la más mínima duda. Pero hay que hacerlo siempre desde el respeto y la responsabilidad.

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