Análisis

josé Martínez Olmos

Retos en salud mental

Las respuestas deben aplicarse con humanismo, calidad y equidad

La respuesta del sistema sanitario ante los problemas de salud mental en nuestro país es de hace ya muchos años poco satisfactoria y, aunque son muchos los factores que influyen en esta situación, lo cierto es que para la sociedad los problemas de salud mental son bastante invisibles pero también son de enorme importancia.

Estos días ha cobrado actualidad la problemática de la salud mental y es que desde hace ya varios meses, estamos comprobando como la pandemia causada por el coronavirus está generando también un enorme impacto en relación a los temas de salud mental.

Y es que la incertidumbre que la pandemia está generando tanto en la vida social, la vida económica o la vida familiar, es algo que condiciona la manera en la que las personas nos afrontamos el futuro y las expectativas. La preocupación y el pesimismo por el presente y por el futuro es casi una constante en nuestra sociedad desde que comenzó la pandemia de la Covid-19.

Pero la necesidad de organizar una respuesta adecuada por parte del sistema sanitario para afrontar los desafíos de la salud mental, es una asignatura pendiente desde hace tiempo. Una asignatura que conviene superar para evitar las nefastas consecuencias en en salud, desigualdad y estigma puede cosechar nuestra sociedad de no poner manos a la obra.

La salud mental es un requisito para una vida sana y feliz. En salud mental cabe un enfoque integral en el que la promoción de la salud, la prevención, la asistencia sanitaria de calidad y la rehabilitación tienen espacio de manera plena. Es un ámbito de la gestión sanitaria que debe incorporar los criterios más efectivos de las políticas sanitarias si contempla las necesarias aportaciones que diferentes disciplinas y profesiones pueden y deben aportar.

De igual forma, en materia de salud mental, la participación social en términos generales y la que se refiere a pacientes y familiares tiene pleno sentido para asegurar al máximo el aterrizaje y la factibilidad de las políticas en marcha. Y, por supuesto, cuando hablamos de patologías mentales es imprescindible abordar las respuestas con la aplicación de criterios de humanismo, calidad y equidad que deben tener su presencia en la máxima intensidad posible.

Es imprescindible responder sin demora porque algunas de las expresiones más dramáticas en este campo (el suicidio) tienen una dimensión cada vez más insoportable, aunque no debemos olvidar otras situaciones que también requieren ponerse manos a la obra.

El anuncio que el Presidente del Gobierno hizo esta semana en relación a la próxima actualización de la estrategia de salud mental en España es una oportunidad de hacer bien las cosas. Algo que nos interpela a todos y sobre lo que merece la pena poner lo mejor de nosotros mismos.

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