Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

El monárquico presidente

La Supercopa de España en el Reino de Arabia Saudí

Una monarquía parlamentaria es más progre que una monarquía absoluta. Un rey, que vive a cuerpo de rey, en un país democrático es digno de orgullo y satisfacción. En cambio, un rey dictador cuesta más de digerir por los ciudadanos de dicho país. Si le unimos una interpretación machista del islam por parte de dicho rey, este es aún más difícil de tragar por las ciudadanas.

Cuando un presidente es monárquico, como lo es el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, es capaz de confundir los atributos de un monarca para abrazarlo con toda devoción, como se merece alguien quien por nacimiento ya es un ser superior.

Luis Rubiales, el presi, nos ha querido vender las bondades de llevar la Supercopa de España hasta el Reino de Arabia Saudí. La genial relación entre los dos reyes, el de España y el de Arabia Saudita, bendecidos por la gracia del dios Money, hará posible que lo mejor del fútbol español sirva para limpiar y lavar las atrocidades, las vulneraciones sistemáticas que en dicho reino árabe se comenten día a día.

Esto pone de manifiesto que el fútbol todo lo puede, hasta convertir a un republicano y un monárquico en personas similares. Pep Guardiola y Luis Rubiales, a su forma, defensores de los derechos humanos, Pep lo diría en catalán o inglés, humans rights, porque el español le produce llagas en la boca. Como decía, ambos, republicano y monárquico, son iguales a los ojos de dios, y justifican sin escrúpulos su vinculación a países en los que la vida de un hombre y, sobre todo , de una mujer no tiene valor alguno. ¡Ah! a los 'desgraciados' LGTB ni los nombro. God Money y su poder absoluto.

Pero esto es solo fútbol, nuestros políticos no están para estas cosas, menos aún cuando el rey bueno, el de la monarquía parlamentaria, antes su padre, ahora emérito, son íntimos del rey malo, pero solo son amigos por el bien de nuestro país, ya que todo lo hacen para favorecer la prosperidad y desarrollo económico de España. Así que el Real Madrid y el FC Barcelona, el real y el republicano, se repartirán una buena cantidad de millones árabes; el equipo del pueblo, Atlético de Madrid, como siempre mucho menos dinero; y el tonto del pueblo, Valencia CF, las migajas, aunque tenga igual o más méritos que el resto de participantes. El monárquico presidente maneja a su antojo sus dominios. Menos mal que España es un país democrático, aconfesional, defensor de los derechos humanos y de la igualdad de todos, incluso de todas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios