Hay mucha gente que se queja de vicio y otra tanta que jamás estará satisfecha por mucho que le ofrezcan. Ya sabemos que contentar a todo el mundo es misión harto difícil, pero no por ello hay que caer en el desánimo. Lo suyo es perseverar e insistir, más aún si existen sólidos argumentos que lo justifiquen. Es a fuerza de tesón y empeño como se impulsan las grandes iniciativas y, más tarde o más temprano, terminan atrayendo a propios y extraños. Un buen ejemplo de ello es el Mundial de Superbikes, que este fin de semana recala en el Circuito de Jerez por quinto año consecutivo, como una de las apuestas más decididas y tenaces realizadas por el trazado andaluz a lo largo de su historia.

Tras el Mundial de MotoGP, las Superbikes son el segundo evento más importante de las dos ruedas a nivel internacional, con el gran aliciente de que el público vive el espectáculo muy de cerca, accediendo al propio paddock con su entrada de tribuna, formando parte de una gran familia, disfrutando al lado de los ídolos y sus monturas, contando con mucho valor añadido (conciertos incluidos) y dos carreras en un mismo fin de semana. De ahí que Jerez lleve cinco años perseverando por transmitir a los aficionados las excelencias de este emocionante Campeonato que es un reflejo fidedigno del motociclismo cotidiano, pues cuenta con motos derivadas de la producción en serie y motores que van desde los 750cc hasta los 1.200cc, con máxima igualdad mecánica y mucha implicación de los principales fabricantes mundiales (Kawasaki, Yamaha, Honda, Ducati, Aprilia, Ducati, MV Agusta y BMW). Todo ello, bajo la ejemplar dirección de la empresa española Dorna que, al igual que lo hace también en MotoGP, no ceja de potenciar también a este emocionante Mundial Superbikes y, por extensión, al Circuito de Jerez, que se ha convertido en su 'casa' del sur de Europa.

Aunque este año pendió de un hilo la realización de esta prueba, Santiago Galván, vicepresidente de Cirjesa (empresa pública que gestiona el Circuito de Jerez), ha sido muy explícito en sus afirmaciones: "Queremos seguir ofreciendo un calendario diversificado y atractivo. Para hacerlo posible, continuaremos apostando por eventos como Superbikes, un gran campeonato que sin duda debe seguir en Jerez. De hecho, hemos potenciado su promoción y lo seguiremos haciendo el próximo año. El Circuito seguirá contando con estas competiciones que lo prestigian. Ese es nuestro firme propósito".

De momento, el esfuerzo de este empecinado y bien formado gestor del trazado están dando sus frutos, pues la temporada 2016 de competiciones ha sido amplia y bien notoria, como quedó evidenciado al recuperar este año la Fórmula 2, hermana pequeña de la F-1. Tanto a Galván, como al que fuera director, Cornelio Vela, hay que reconocerles el mérito en ese sentido.

En el terreno puramente deportivo, Superbikes fue considerada erróneamente como 'cementerio de elefantes' del motociclismo, pues a él llegaban para jubilarse algunas figuras de la clase reina, también llamada MotoGP. Pero la realidad es bien distinta, pues éste es un Campeonato moderno que unifica juventud y talento, sin renunciar tampoco a los sabios veteranos que arrastran la admiración de un público fiel y experto. Los pilotos son conscientes de esa cercanía y lo agradecen con una empatía admirable; hay que vivirlo in situ para comprobar esa hermandad y cercanía de Superbikes, el espectador se siente recompensado, como parte del espectáculo. Es como entrar en un concesionario de motos y disfrutar de una carrera en directo con la moto que ya tienes o quieres comprarte.

La prueba que veremos este fin de semana en Jerez es la penúltima del Mundial de Superbikes 2017, en el que Jonathan Rea ya se ha anotado la corona por tercer año consecutivo, con 12 victorias y 20 podios totales de 22 carreras disputadas, ahí es nada. El británico del laureado equipo Kawasaki, con base en Cataluña y que dirige el eficiente Guim Roda, no ha esperado a llegar a Andalucía para sentenciar el Campeonato, como sí lo hizo en el año 2015, en el que ingresó en los anales de la historia del trazado jerezano siendo el primero que conseguía un título mundial de motociclismo en una prueba celebrada en esta pista. Eso sí, es curioso que todavía no ha logrado en este trazado su primera victoria (sólo dos podios en 2016), quizá por haber tenido que usar la calculadora de cara al título, algo de lo que ahora está liberado y puede que se desquite por partida doble.

También suscita gran interés la lucha por el subcampeonato entre Tom Sykes (Kawasaki), Chaz Davies (Ducati) y Marco Melandri (Ducati), mientras que la participación española corresponde a Xavi Forés (Ducati) mejor clasificado en la general en la séptima posición, Jordi Torres (BMW), noveno y Roman Ramos (Kawasaki), décimotercero. A todo ello hay que unir el hecho de que en Jerez puede decidirse también el título en el Campeonato del Mundo de Supersport, disciplina que acompaña a Superbikes en este evento, además de los certámenes Europeo de Superstock, con las categorías de 1000 y 300. Destaca en esta última modalidad la participación de Ana Carrasco, primera mujer que vencía una prueba del campeonato del mundo al conquistar la victoria en la cita portuguesa de Portimao. En Jerez, le acompañará como wild card la cordobesa Andrea Sibaja.

Por si fueran pocos alicientes, esta prueba servirá también para comprobar que el reasfaltado del Circuito de Jerez es del agrado de pilotos tan rápidos y reconocidos como los de Superbikes, cuyos registros y opiniones servirán de referencia, cómo no, para las estrellas de MotoGP, que este fin de semana compiten en Australia. Aquí, en casa, tenemos Superbikes y podemos verlas muy de cerca.

(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue editor jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como jefe de prensa del Circuito de Jerez.