La Superliga ha puesto en evidencia que los dirigentes del fútbol profesional nos consideran muy tontos. Oyendo estos días a Florentino, presidente del Real Madrid y padre de la Superliga, a Tebas, presidente de La Liga o Ceferín, presidente de la UEFA, se me venía a la mente una y otra vez la imagen de José Mota diciéndonos eso de “tonto, eres mu tonto, eres tonto del tó”.

Sinceramente, creo que nos consideran supertontos. Primero aparece Florentino y con la voz de un buen abuelo, nos intenta vender que la Superliga es la clave para salvar el fútbol, que la cosa ya iba mal, pero que la pandemia ha terminado de rematar la economía de los clubes y que la única opción de salvación es su proyecto. La Superliga es la salvación del deporte rey y, por tanto, es buena para los aficionados. ¿Se acuerdan cuándo nos vendieron el rescate de la banca en España? Pues eso, que nos consideran “mu tontos”.

Luego llega Tebas y se convierte en el adalid de los pobres, en el Robin Hood, de los clubes pequeños y de los aficionados. Otro salvapatrias de la vida que nos vende que el fútbol está al servicio de los aficionados. El mismo Tebas que por un lado se llevaba miles de euros del Xerez CD en calidad de abogado y al mismo tiempo retuvo el dinero que le correspondía de la Liga, que hubiera servido para que el club compitiera en Segunda División B, abocándolo así a su casi desaparición.

Por último sale Ceferín, presidente de la UEFA, dueño del negocio del fútbol europeo, que ve como con la Superliga le quiere quitar su gallina de los huevos de oro, la Champion League. Se defiende amenazando al más puro estilo de ‘El Padrino’ a los clubes, al tiempo que vuelve a lanzar mensajes del tipo “todo es por los aficionados” cuando quiere decir , igual que el resto,“todo es por la pasta”

Eso sí, las entradas para los aficionados pasan de los 100 euros, las camisetas oficiales que se venden a los aficionados pasan de 100 euros y los partidos oficiales se ofrecen todos bajo plataformas de pago. Pero todos ellos se jactan, en cada momento, de que todo lo que hacen lo hacen por nosotros. Cuando se dan la vuelta, tengo claro que les sale la vena José Mota y se parten el pecho de la risa mientras nos gritan “tontos, sois mu tontos, sois tontos del tó”. Menos mal que nosotros sabemos que de tontos no tenemos ni un pelo ¿no?