Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

The Dreams League

Con once o doce años no deberías ser promesa sino un soñador

Aún perdura la resaca de muchos colchoneros tras la consecución del campeonato de la Liga española. Este lunes también se verán en el trabajo, en los bares y en el transporte público muchos rostros de decepción. Merengues y culés, por no haberlo conquistado, los seguidores del Huesca, Valladolid o Éibar por haber descendido. En medio, más o menos todos satisfechos, y desde hace dos semanas los cadistas ya estaban de playa gracias al inesperado último tercio de liga realizado por la escuadra dirigida magistralmente por Álvaro Cervera.

Sin embargo, como un regalo, fruto de la casualidad, doce chavales de once y doce años, dos de Cádiz, dos de Jerez, tres de El Puerto de Santa María, uno de Chiclana, otro de Alcalá del Valle, y uno de Puerto Real, uno de San Fernando y otro de Los Barrios llevan días soñando, ilusionados, también nerviosos, porque esta semana viajarán a Villarreal para disputar la XXX edición de la Liga Promises, dicho en español, la liga de las promesas. La misma competición donde vimos la mayoría de nosotros por primera vez a Iniesta, Piqué o Fernando Torres.

Estos doce alevines de nuestra provincia representarán al Cádiz CF, enclavados en el grupo D, junto a Getafe, Celta, Villarreal y Real Madrid. Debutarán frente al Real Madrid el viernes a las 11:30, partido que se podrá ver en Gol TV o en LaLigaTV a través de internet.

Yo preferiría que se llamase The Dreams League o la Liga de los sueños o de la ilusión, antes que la Liga promesas o de las promesas como los organizadores consideran adecuado. En primer lugar, porque se trata para cada jugador y cada equipo de un regalo. Nadie hizo mérito deportivo alguno para estar en este campeonato, sólo pertenecer al alevín de un Primera División. Es decir, si el Cádiz no hubiera ascendido el pasado año a Primera, estos chavales serían hoy los mismos, pero no estarían ilusionados porque no podrían jugar esta competición.

Al mismo tiempo, Promises o Promesas a los once o doce años, considero que es una aberración educativa, un nombre que permite crear perdedores y fracasados, cuando todos, desde el primer clasificado al último, deberían sentirse orgullosos y felices por formar parte de este torneo.

Por supuesto que cabe el cabreo por perder, o no recordamos ya aquellos partidos en los recreos de 15 contra 15, que la pared valía, perdías en el último minuto e ibas a clase sudando y rajando con los compañeros. Eso sí, feliz, muy feliz por jugar.

Si pudiera, sólo les diría a estos niños que sueñen, que disfruten de este regalo. Al mismo tiempo, que hagan caso a su entrenador y jueguen. Ellos no son una promesa de nada, ellos son unos niños con un talento excepcional para jugar al fútbol y disfrutar de él como si estuvieran en el recreo. Todo lo demás es mentira y conduce al fracaso. Iniesta llegó, Piqué también, igual que Fernando Torres, pero muchos fracasaron sin triunfar, si es que el éxito o el triunfo significa ser una estrella del fútbol.

Como promesa del fútbol puedes fracasar, como soñador, como ilusionado, como amante del fútbol, antes de viajar ya has ganado, incluso los cuatro compañeros que se quedarán en casa. Cubi, Jorge, Diego, Goico, Bui, Cristian, Aarón, Manu, Del Rey, David, Paco, Juan, Jeremi, Piñer, Raúl y Dani, siempre, no lo olvidéis, siempre habrá un patio de colegio, una playa, un lugar donde jugar con un balón y soñar.

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