Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

Tiempos difíciles

Esta segunda oleada puede acabar con muchos clubes modestos

Los clubes de Tercera División, categoría no profesional sobre el papel, pero profesional en la realidad, quieren parar la liga. Sobre todo los conjuntos de mayores presupuestos. Con la experiencia reciente del confinamiento de marzo y una posible paralización dentro de semanas o meses de la liga, ya le están viendo de nuevo las orejas al lobo.

Cuando digo Tercera División, hablo de Segunda B, Liga EBA de baloncesto y categorías similares. Este deporte pseudo-profesional, vive en gran medida de las taquillas. Esos 300, 500 o 1.000 aficionados que son capaces de congregar cada semana, que pagan su entrada o abono, compra las papeletas de sorteos del club y consumen en la cantina del campo de fútbol o del pabellón deportivo correspondiente.

Como en toda crisis, y esta que estamos viviendo es muy grave, los pequeños, los débiles serán los primeros en caer. De ahí que ya se estén dando los primeros pasos para paralizar las ligas y poder reducir costes, sobre todo vía ERTE, aquellos que tienen infraestructura de mayor categoría.

Real Madrid, Barça, Atlético, Sevilla o Betis también van a sentir y sufrir la consecuencias de lo que está pasando y de lo que queda por llegar, pero para la mayoría de estos clubes de élite será algo soportable mientras dure y que superarán, no sin dificultades, pero superarán antes que nadie. Al deporte de Segunda B hacia abajo le toca sufrir una auténtica posguerra. No descartemos que se vuelva a recuperar, por obligación, el espíritu amateur de antaño y, por supuesto, volver a mimar y creer en la cantera. Plantillas que estén formadas en su mayoría por gente que jueguen por amor a los colores y por amor al deporte.

Quien sea capaz de anticiparse a las dificultades que están por llegar, de adaptarse a las nuevas exigencias (presupuestos muy bajos, mimar la cantera, atraer a la afición) serán los que saldrán reforzados de la posguerra del Covid.

Este ejemplo del deporte es y será perfectamente aplicable a la realidad que nos toca y nos tocará vivir el próximo año. En vez de equipos de fútbol o baloncesto pensemos en bares, cafeterías o comercios pequeños. Los primeros que deberían advertir el escenario que viene son los políticos. No olvidemos estos tres datos: en España, las empresas familiares (muchas son autónomos o pymes) representan el 90 por ciento de las empresas totales, que estas generan el 60 por ciento del Valor Añadido Bruto y representan el 70 del empleo privado.

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