Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Los británicos afincados en Benidorm y el Ayuntamiento de la localidad alicantina tratan a la desesperada de localizar al indigente al que un grupo de británicos de despedida de soltero tatuaron la frente a cambio de cien euros. Sobran los comentarios. El colectivo británico y el gobierno local aseguran que su intención es ayudar a la víctima de esta barbarie, que hasta ese momento deambulaba como alma en pena por la localidad, y resarcir el daño causado. Loable intención la suya, aunque poco creíble, pues todo apunta a que sólo quieren lavar la cara a los turistas convertidos en principal fuente de ingresos de la economía local. Llama la atención que nadie se plantee acabar con los desmadres, con o sin despedida de soltero, que campan a sus anchas en Benidorm, escenario también de una pelotera descomunal, también protagonizada por británicos, en el Mundial de fútbol. En algunos destinos turísticos españoles, Tarifa y Conil entre ellos, han comenzado por declararle la guerra no tanto a las despedidas de soltero como a los desmadres que las acompañan. Por algo se empieza.

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