Esta canción infantil está de actualidad. En la política es inquietante que las confrontaciones estén basadas en adjetivos. La verdad se sustenta sobre datos objetivos y comprobables, pero desde Hitler,"los judíos nos roban", desde Franco, "contubernio judeo masónico comunista", y uno mas antiguo, cuando Pilatos le pregunta a Jesús de Nazaret: "Qué es la verdad" y se lavó las manos, no es así. El periodista y tertuliano en la SER, José Antonio Zarzalejos, define: "La posverdad consiste en relativización de la veracidad, en la banalización de la objetividad de los datos y en la supremacía del discurso emotivo". Hannah Arendt, filósofa importante para la comprensión de lo que pasó en Europa hace unos años, en su libro "Los orígenes del totalitarismo" lo explica muy bien. Expone la banalización del mal: los judíos para los nazis no eran personas, pero tampoco los gitanos, los homosexuales… Arendt dice: "La libertad de opinión es una farsa si no se garantiza la información objetiva y no se aceptan los hechos mismos". Actualmente los datos, no importan nada, no se habla de ellos, porque: "si no le gustan mis principios tengo otros" como decían los hermanos, cómicos, Marx. Las acusaciones del PP contra el gobierno, son exageradas, monstruosas, para ser verdad. Hablan con una cantidad de adjetivos descalificativos enormes, con pocos sustantivos y menos datos. Llaman a la emoción, no lo hacen a la razón.

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