Análisis

carmen pérez

Universidad de Sevilla

¿Volverá la inflación?

La prestigiosa revista The Economist en el número de esta semana lleva esta pregunta, si volverá la inflación, nada menos que a su portada. Nos hemos acostumbrado tanto a que siempre esté tan baja, que resulta extraño que en plena depresión económica por la pandemia pueda plantearse siquiera que puedan cambiar las tornas y elevarse. Pero no sólo desde ahí se advierte; desde muchos frentes, y muy autorizados, se ofrecen argumentos sobre la posibilidad de que la inflación retorne.

Pero el miedo a la inflación se ha azuzado en numerosas ocasiones estos últimos años. Por eso, la alusión a la fábula de Pedro y el lobo está siendo recurrente. Tras cada una de las sucesivas propuestas de los bancos centrales incrementando la oferta monetaria, surgían rápidamente voces prediciendo que la inflación se desbocaría. Pero nada. Los tipos de interés cada vez más negativos y el respeto a las compras masivas de activos financieros completamente perdido… Y la inflación ni se cosca. Sin embargo, como pasó en el cuento, puede ser que ahora el peligro sea cierto.

También el prestigioso comentarista económico Martin Wolf el mes pasado se preguntaba Why inflation could be on the way back en su artículo semanal del Financial Times. Wolf lo hace al calor de la lectura de The Great Demographic Reversal (Goodhart y Pradhan). Según estos autores la economía mundial está a punto de cambiar de régimen. La última vez que sucedió esto fue en la década de 1980. Entonces, la globalización y la entrada de China en la economía mundial llevó a un mundo de baja inflación y de alto endeudamiento creciente. Pero esto, vaticinan, está terminando, e incluso se atreven a poner una cifra de inflación -entre el 5% y el 10%- para el próximo año.

Del mismo modo, Mark Machin, director del fondo de pensiones más grande de Canadá, esta misma semana defendía que las medidas de política en todo el mundo para abordar la pandemia de Covid-19 podrían impulsar la inflación después de años de estar baja. O en nuestro país, Jesús Sánchez-Quiñones, director de Renta 4, comenta en su magnífico blog que cuanto más tiempo transcurra con el mantenimiento de las políticas actuales, mayor el riesgo de que aflore la inflación: "De hecho, tanto la Fed como el BCE están haciendo todo lo posible para que aparezca la inflación. Cuidado con lo que se desea".

Son sólo una muestra. Ninguno de ellos asegura en absoluto que se vaya a desencadenar un desastre inflacionario de forma inminente, pero todos subrayan el peligro de obviar su existencia. Incluso una pequeña elevación de la inflación que conllevara un aumento de los tipos de interés, impactaría como un terremoto contra el castillo de naipes monetario que tenemos montado, con gobiernos y empresas endeudados hasta las cejas, y con mercados de bonos y acciones, ¡ambos a la vez!, ignorando la posible inflación en sus valoraciones. Y no se puede olvidar que ahora se ensaya con un nuevo experimento: todos los países del mundo de forma sincronizada están aplicando a sus economías un cocktail de inmensos estímulos monetarios y fiscales simultáneos. Si algo nos ha enseñado la pandemia es que se presentan de repente eventos sorprendentes.

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