Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

A mi tío Carlos y a Gaspar Zarrías hay una cosa que les une y otras muchas que les diferencian. Ambos, en algún momento de sus vidas, fueron servidores públicos. No en vano Gaspar Zarrías llegó a ser presidente (en funciones) de esa Juan de Andalucía que protagonizó -y protagoniza- el vergonzoso escándalo de los ERE. Carlos, por su parte, fue chófer de la Junta, pero de la de Castilla-León. Entre las cosas que les diferencian se encuentran el pelo (mi tío tiene mucho más) y, sobre todo, la decencia. Mi tío sabía que si era pillado llevando a un cargo oficial a velocidad indebida la multa la pagaría él de su bolsillo y que los puntos se detraerían de su carné, el documento que le daba para llevar un sueldo a casa. Zarrías, por su parte, pide que la Junta (ésta vez sí, la de Andalucía) le pague los gastos de su defensa. Ser político y creerse uno por encima del bien y del mal es todo uno. Es por ello que mi tío, cuando un politicucho le pedía que pisara el acelerador le preguntaba: "¿Me va a pagar la multa y la nómina cuando no pueda trabajar?". Y el tipo se callaba. Ya se sabe, los políticos 'miran' mucho por nuestros dineros.

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