Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

De altos (bajos) vuelos

¿Por qué se rompió la relación entre Luis Enrique y Robert Moreno?

Que España es un país de Quijotes, locos de atar que persiguen quimeras, y de millones de Sancho Panza, que siguen hasta el final, sin cuestionarse nada, a su Quijote de turno, es algo más que constatable. En España, las ínfulas de altos vuelos conviven a la perfección con los traicioneros bajos vuelos, donde cualquier maniobra es usada si sirve para medrar. La vanidad pretenciosa, unida al deseo de mejorar la fortuna propia aumentando reputación y riqueza. Todo ello, mejor, si se hace con artimañas o aprovechándonos de las circunstancias.

Mucho se ha hablado de la salida de Robert Moreno como seleccionador español y del regreso de Luis Enrique. Salvo Lucho, todos los demás protagonistas y analistas han dado su opinión, pero en el fondo subyace una duda: ¿por qué se rompió la relación de absoluta confianza y respeto entre Luis Enrique y Robert Moreno?

A priori, todos los hechos que han devenido estaban más que previstos desde el mismo día en que Luis Enrique abandonó la concentración de la selección española por el empeoramiento de la enfermedad de su hija. Robert Moreno, su segundo, se haría cargo del combinado nacional hasta que el asturiano decidiera volver. Justo cuando sucede, Robert Moreno se considera traicionado o ninguneado por los dirigentes federativos y Luis Enrique regresa al frente de la selección con otro segundo, obviando a quien él colocó como sustituto y que además ha clasificado de forma brillante a España para la Eurocopa.

Solo conociendo el relato de los acontecimientos, y las declaraciones (incluyendo silencios) de los actores en este nuevo sainete nacional, me atrevería a especular con que Luis Enrique, cabezón donde los haya y que tendría una hoja de ruta bastante definida (jugadores y sistema de juego) para afrontar la clasificación, vio, como toda España, cómo Robert Moreno empezaba a matizar y modificar, implantando su sello personal. Don Quijote veía como Sancho Panza empezaba a volar alto. Unas circunstancias dolorosas permitieron a Robert Moreno mostrar al mundo todo su sapiencia futbolística al frente de una de la grandes selecciones mundiales. Una situación coyuntural y de interinidad fue aprovechada por el gran segundo, que nunca había entrenado en el fútbol profesional, para gritar al mundo ¡Aquí estoy, no necesito ser segundo de nadie! o, al menos, algo parecido entendió oír Luis Enrique, convocatoria a convocatoria, equipo titular tras equipo titular, ajustes de sistemas incluidos.

Seguro que mi especulación poco tiene que ver con lo que realmente ha pasado, pero España es mucho de altos vuelos utilizando para ello los bajos (instintos). Solo con fijarnos en la mayoría de sucesiones al frente de los partidos políticos, podríamos constatar el espíritu Quijotesco de nuestro país (Cataluña incluida).

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