Ahora nadie se compromete. Y lo digo así de claro. Ahora nadie se aguanta. Muy pocos son los que se quieren de verdad y respiran el uno del otro por cada rincón que pasan. Las rupturas están a la orden del día, sobre todo en los jóvenes. Yo, que estoy en la flor de la vida -espero que no me envidiéis- me doy cuenta. Cuando las mariposas dejan de revolotear en los corazoncitos de los enamorados, todo desaparece. Pasan los dos años y todo se convierte en una rutina. Se aburren el uno del otro y ponen la excusa de que ya no sienten lo mismo. Y por eso digo que ahora no se aguanta ni lo más mínimo, pero por un lado lo veo fantástico. Antiguamente, nuestras abuelas tenían que aguantar los desplantes y hasta los malos modos de aquellas cabezas de familia que estaban influídas por el machismo. Y ellas sí aguantaban. Carretas y carretones. No sabemos si por amor o porque no les quedaba de otra. Pero lo de hoy en día me parece demasiado extremista. Que si no me gusta que salgas con tus amigas, que si tu trabajo te quita tiempo. Pero señores, vivan y dejen vivir. Y sobre todo, amen bien.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios