Se pusieron de "moda", por decir algo, hace ya algún tiempo pero durante este tórrido verano, por si algo faltaba, han vuelto a irrumpir en nuestras vidas, al amparo de la intolerable subida del precio de la luz sobre todo y por supuesto de la "encarnizada" y reiterada lucha de las distintas operadoras telefónicas para captar clientes, ofreciendo "el oro y el moro" (con perdón) para conseguir un nuevo contrato y mucho mejor si es arrebatado a la competencia…

Naturalmente, quienes sufrimos las consecuencias de esta lucha somos, como siempre, los sufridos consumidores que vemos truncado nuestro descanso y asaltado nuestro domicilio a cualquier hora del día pero muy especialmente en las de la siesta y por supuesto cuando, sentados a la mesa, nos disponemos a comer y tenemos que acudir al teléfono para que una voz, muchas veces con acento exótico, nos pregunte si somos los titulares de la línea, con que operador la tenemos contratada y nos oferte mil y un beneficios en el intento de captar nuestra atención y por supuesto nuestra cuenta.

Todo un atraco telefónico que, como digo, no es nuevo, que ha vuelto a cobrar intensidad y al que por lo visto nadie tiene mucho interés en ponerle coto y mucho menos los operadores de las líneas fijas que bien podrían arbitrar medios para que al menos uno pudiera tratar de bloquear ese tipo de molestas llamadas, como es posible hacer en los terminales móviles…

Se intensifica este problema con la creación de los llamados "Call Center" que en definitiva son centros de llamadas, que pueden estar ubicados al otro extremo del mundo, desde los que asesores o ejecutivos, utilizando técnica de mercadeo telefónico, llevan a cabo llamadas cuyo propósito es el de conseguir incorporarnos como clientes a la empresa que los ha contratado para llevar a cabo dicha labor de promoción de sus productos, sea relacionados con la telefonía, con el suministro de la luz o para vendernos un audífono, por si acaso no escuchamos bien, sin reparar en la diferencia horaria que pueda existir entre la ciudad a la que se llama y el lugar donde esté enclavado el "puto" centro ese desde el que se efectúa el auténtico atraco telefónico al que nos estamos viendo sometidos, sin que nadie; repito; nadie se tome la menor molestia por cortar esta abusiva práctica del llamado marketing telefónico…

Y es bastante extraño que esto suceda en un país como el nuestro donde las leyes son tan garantistas, los profesionales del carnet - a los políticos me refiero - son tan meticulosos con el empleo de determinadas palabras; "moro", "negro" o "maricón"; por citar tan solo las que han sido y son tan corrientes entre nosotros que forman parte del lenguaje común y habitual de los españoles y por las que ahora te pueden denunciar ante la autoridad competente, si te escucha un progre "que manda carallo", como diría un oriundo del hermoso terruño gallego…

Así es que descubre usted, amigo lector, la fórmula que impida semejante intromisión en su vida cotidiana o mucho me temo que la solución que le queda es la de darse de baja de la compañía telefónica que tenga contratada, con lo que obtendrá dos beneficios: ahorrarse una buena factura cada mes y desde luego la molestia de semejantes llamadas, pues si tiene un móvil siempre podrá ser localizado y bloquear ese "atraco telefónico" al que me refiero…

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