Muchas avenidas hay en Jerez, pero sólo una es la avenida por excelencia: la avenida Alcalde Álvaro Domecq. Desde mediados del siglo pasado fue una incipiente muestra del desarrollismo que finalmente dejaría en la ciudad una zona moderna como Madre de Dios en los 60. Es un vial curioso, pues cobra vida especial en determinados días del año. Ahí están los días de celebración de la Feria del Caballo así como la Noche de la Ilusión cuando los Reyes Magos dan sus primeros pasos hasta el portal de la Alameda Cristina. Cada vez más padres acuden allí con sus pequeños. Siempre me ha llamado la atención la forma en la que ha atesorado grandes servicios, como el renombrado instituto Coloma, la Audiencia de Jerez, la 'Moncloíta' municipal, la Casa del Vino (el Consejo Regulador), el Monumento al Caballo y el emblemático parque González Hontoria, donde la Feria más bonita de España (lo dicen los propios feriantes) se materializa. Pocas avenidas de España pueden honrarse de resumir en su longitud gran parte de la esencia de su ciudad.

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