Análisis

Carmen de soto díez

¡Es de bien nacidos ser agradecidos!

Si bien este dicho popular rebosa sabiduría, y criba a los seres humanos, ¿por qué hoy los que hacen tanto ruido, son todo lo contrario?

Dan lástima, por ellos mismos, me niego a llamarles lo que realmente demuestran ser, pero lo son.

Apelo a la gran mayoría silenciosa, por las razones que sean hasta ahora, para que tengan la valentía de expresar lo que piensan. Aclaro ya de entrada que no estoy afiliada a ningún partido político, pero sí me considero verdadera "patriota".

Es que realmente duele la tremenda injusticia, cometida o permitida, con la persona de S M el Rey Juan Carlos I.

¿A santo de qué tenía que salir de su patria? ¿Quién podía tener más en su haber por el bien de España y de "todititos" los españoles? La historia, lo demostrará. Se verá en los estudios y en las investigaciones hechas con rigor y sin odio, lo que ha sido y lo que es nuestro queridísimo y muy respetado Rey S M Don Juan Carlos I. Si alguien puede decir que tuvo algo que perdonar, podría ser nuestra queridísima Reina S M Doña Sofía. Pero el perdón es algo que engrandece, así como el odio envilece. Doña Sofía es una Señora de los pies a la cabeza, una Reina ejemplar. Por mucho que algunas/os la quieran vapulear para lucrarse con sus habladurías. ¿En qué matrimonio no hay momentos buenos y otros difíciles? ¿Quiénes somos nosotros para meternos a juzgar el matrimonio Real?

Ya sabemos de qué pasta está hecho el ser humano, y el lastre que tenemos que acarrear debido a la caída de nuestros primeros padres, Adán y Eva. Esa tara, una vez, subsanada con creces, como hace poco hemos podido vivir con la Semana Santa, la Redención y Resurrección de Jesucristo, nos da la gracia para que nuestras acciones sean meritorias. ¿Cómo podemos erigirnos en pseudojueces supremos y condenar a quien puede ser mucho mejor en todo lo que hizo, o más meritorio que cualquiera que se jacte de justo?

Pido, ruego y demando, que cesen los actos acusatorios con la real persona de nuestro queridísimo y muy respetado Rey, S M Don Juan Carlos I. Que cesen los disimulos para pretender hacernos creer que es un asunto de la Casa Real, de su augusto hijo S M el Rey Felipe VI. ¿Sería así de haber un Presidente y Gobierno respetuoso con la Monarquía? ¡Apuesto a que todo habría sido muy diferente!

No, no, y no, nos tragamos esa pantomima, la decisión es del muy embustero y traidor actual Presidente del Reino de España. Más le vale, dar vía libre y dejar de reírse del pueblo soberano, no son momentos para más tomaduras de pelo. Está a tiempo de rectificar.

España corre serio peligro, nos vacían los bolsillos y manipulan nuestros impuestos. Dejen de cargar las tintas y actúen como al menos nos merecemos los españoles.

Queremos que nuestro Rey vuelva a su Patria y a su hogar de siempre, que no le roben los más elementa-les derechos contemplados en la Constitución Española. Basta ya de pretender engañar al pueblo soberano.

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