Una cosa es el derecho al pataleo y otra muy distinta negar la evidencia. Este verano se conocieron los resultados del barómetro sobre satisfacción ciudadana de los servicios públicos de Osur en el que Jerez volvió a suspender con la peor nota como ya hizo un año antes. Lejos de reaccionar, el gobierno local se apresuró a quitar hierro al asunto cuestionando la credibilidad por la "escasa representatividad" de la encuesta. Excusas baratas. En todo sondeo se toma una muestra y los resultados obtenidos, con un margen de error que está medido y suele ser insignificante, se extrapolan. El sistema, el mismo que emplean los sondeos internos que realizan los partidos políticos, también el socialista, para medir sus posibilidades en citas electorales, es único y universal. Puede que no sea la Biblia, pero las encuestas permiten conocer la opinión pública con costes razonables -preguntarle a toda la población es inasumible- y sus resultados, cuando se asumen, permiten detectar errores y corregirlos. Aquí sin embargo, cabe aplicar el dicho popular: Los unos por los otros, y la casa sin barrer.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios