Con la de explicaciones que ha venido dando doña Laura, en su plausible intento de embridar las desbocadas cuentas de nuestro Ayuntamiento y cuando todo parecía encaminarse a la próxima aprobación de las cuentas municipales del 19 y del 20, ahora va el dichoso Tribunal de Cuentas y vuelve a solicitar que le sean retenidos a Jerez los ingresos de carácter estatal, al no haberse aprobado en plazo las cuentas generales, como si esto aquí, en nuestra ciudad y desde casi las primeras elecciones municipales de la democracia, fuera algo nuevo…

Naturalmente desde quienes gobiernan el Consistorio, toda una injustificada persecución, mientras que desde la oposición, representada en nuestro pueblo casi en exclusiva por los Populares, medida necesaria para acabar con un incontenible e inacabable crecimiento del gasto, mayoritariamente superfluo y motivado por el incremento exponencial de asesores, sobresueldos y otras regalías similares, que no por inversiones que permitieran el crecimiento; mejor el fortalecimiento; de una economía jerezana maltrecha desde hace ya demasiado tiempo.

Y así estamos, un año y otro, por muchas "doñas Lauras" a las que se les endose la nada grata y fácil tarea de cuadrar unas cuentas que, desde hace ya muchos años, han bailado al son de quien gobernara, lo que ha llevado a Jerez, en esto de las deudas, a una situación límite a la que por muchos parches que se le pongan, no se le acaba de ver la punta, ocupando nuestro pueblo en un ranking de morosos, de dudosa honorabilidad, lugar muy destacado entre las ciudades de España…

Después, ya se sabe. Peticiones de tratamiento especial por parte del Gobierno de turno, que no es posible ya que se vendría encima el país entero - que en este asunto pocos son, por no decir ninguno, los que podrían "tirar la primera piedra" - y desde luego culpabilizar al partido de la oposición como si en este desafuero no hubieran participado activamente todos, desde la primera Corporación de la democracia a la actual y evidentemente las demás que en los años transcurridos desde 1979 han gobernado Jerez y manejado los dineros públicos, sin tener muy en cuenta aquello de la popularmente llamada " cuenta de la vieja", es decir que no se puede gastar lo que no se tiene y que ingresos y gastos o van equilibrados o esto termina, como es nuestra realidad, en una auténtica pesadilla.

Así que parodiando el título de esa ya antigua película en la que las reparaciones de un viejo caserón provocan finalmente su práctica destrucción, a nuestro Ayuntamiento también podríamos bautizarlo de la misma manera, no sin dejar de compadecer a quienes se ven en la inaplazable tarea de saldar deudas, agilizar pagos - lo que ha llevado a la ruina real a no pocos proveedores -, buscar nuevos recursos, incrementar ingresos y no subir demasiado los tributos, que eso siempre cabrea al personal y luego en las urnas se acaba pagando el pato…

Pero al final, la "trampa"; el enorme "pufo"; caerá sobre todos los jerezanos, salvo que nos toque una "primitiva" y de las buenas…

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