De cara a las elecciones, los obispos andaluces han sacado una nota para ayudar a "…discernir entre las opciones posibles…". Expertos en lenguaje ambiguo y bajo una apariencia de neutralidad, se escoran claramente a la derecha. Una vez más, sus posiciones coinciden con las de quienes propugnan una sociedad cada vez más desigual, quienes discriminan en función del sexo, el color de la piel y la procedencia y a quienes no importa depredar los recursos naturales.

Reclamando la necesidad de respetar el derecho a la vida humana -¿quién no está de acuerdo con eso?- aplican su particular concepto del alcance de la misma extendiéndola desde la concepción hasta la muerte natural. En un terreno subjetivo, como es el desarrollo embrionario, actúan dogmáticamente y, por supuesto, ignoran la opinión, aportación y consecuencias para la mujer. Y en cuanto a la muerte natural, ¿es natural en un ser inteligente vivir y morir penando entre atroces sufrimientos?

En cuanto al derecho de los padres a "educar a sus hijos según las propias convicciones morales y religiosas", ¿hay algo que lo impida en un sistema de enseñanza público y laico como corresponde a un estado aconfesional? ¿No se puede dar a los hijos esa educación moral y religiosa en el ámbito familiar y parroquial? Cuando reniegan de una ética civil común, asumida por toda la sociedad, ¿será que tienen miedo a perder el control sobre la gente a través de la enseñanza privada?

En la nota aparece también una concepción restrictiva de la familia (solo hombre y mujer, dicen) y se echa de menos alguna referencia a la violencia de género y a la explotación laboral.

Conclusión: ¿Sería coherente con Jesús de Nazaret votar a los poderes fácticos aliados del templo? Puede que los cristianos, en conciencia, deban votar a la izquierda.

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