En estos momentos se está gestando un nuevo movimiento casi revolucionario en Japón y quizá podría llegar a ser la tendencia que vaya tomando el mundo y la entera sociedad en los próximos años. Los japoneses están llegando a un punto de tal consumismo que un gran número de ellos se siente saturado y abrumado por tanto materialismo, teniendo en cuenta además el problema de espacio que tienen en el país nipón.

Muchas son las personas que están vendiendo y desprendiéndose de todas sus cosas dejando solamente lo imprescindible y renegando de la acumulación de todo tipo de cosas inservibles a lo largo de los años.

Apostar por la simplicidad máxima parece ser la carta ganadora para alcanzar un estado mental, físico y espiritual que les acerca más y más a la felicidad. No encontraban ya el sentido al tener por tener, a adquirir un producto tras otro sin saber casi cuál sería su uso y su espacio concreto.

Parece que poseer solamente 4 camisas, 4 calcetines y 4 pantalones todos del mismo color, tener solamente una mesa y sillas y ningún mueble de almacenaje, tener solamente un plato, un tenedor y un vaso son la tecla clave para que nuestra vida sea más sencilla y por lo tanto podamos disfrutar más de ella en esos espacios limpios y diáfanos sin apenas objetos que mantener, ordenar y limpiar.

Me pregunto si nosotros también podríamos comenzar a deshacernos de todo el lastre que acarreamos de toda nuestra vida, de la vajilla de la abuela, de la enciclopedia ya en desuso que lleva toda la vida en la boiserie de nuestros padres, de toda la ropa de años y casi lustros que guardamos como si fuese nuestro tesoro más preciado pensando que antes o después volverá a estar de moda.

No es nuevo que el deshacernos de lo que ya no usamos es un ejercicio más que terapéutico que nos ayuda a seguir adelante más ligeros, pero lo que el país nipón nos propone es dar una vuelta de rosca más y hacer una trabajo interior de desapego que creo que a la mayoría de nosotros nos vendría bien poner en práctica y empezar a vivir más a través de lo esencial en vez de lo superfluo y lo trivial.